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Enséñale A Tu Hija a Amar Su Cuerpo

Sabemos, Súper Mamá, que nuestras hijas reciben muchos mensajes mixtos sobre su belleza, su cuerpo y su valor. Con las redes sociales, cada día experimentan más dificultad para amar su cuerpo, a sí mismas y tener una buena autoestima. 

Para ayudarte a tener #TodoBajoControl, le hemos pedido a la psicóloga clínica María Eugenia Despaigne de Martin que nos cuente cómo reflejarle a nuestras chicas su belleza interna. 

Artículo por:  Mgter. María Eugenia Despaigne de Martín

Hace unos meses atrás me encontré con un video de mi hija más pequeña de cuando tenía 5 años. Estaba bailando espontáneamente, meneando su pequeño cuerpecito al ritmo de la canción “muévelo, muévelo.” 

La energía con que bailaba, el disfrute de la melodía, la proyección de la alegría que evocaba todo su cuerpecito, me transmitió lo mismo que ella estaba sintiendo en ese momento. Y, lo que vino después fue una risa espontánea que erizó todo mi cuerpo. 

En ese instante no existía ningún tipo de vergüenza que limitara su expresión artística. Ella solo quería que yo la viera tal como ella era y como se estaba sintiendo en ese momento: feliz con ella misma y con el momento presente.

Y luego me pregunté

¿En qué momento perdemos esa espontaneidad, esa capacidad de mostrarnos a los otros tal como somos?

¿Cómo es que de repente no estamos a gusto con nuestra apariencia?

¿Qué ocurre en la adolescencia que empezamos a sentir vergüenza de nuestra imagen?

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¿Qué dicen los estudios?

Sí, es en la adolescencia en donde las luchas con el cuerpo y la apariencia se cristalizan. Pero, es en la niñez en donde estas luchas comienzan a tomar forma. 

En un estudio que realizó la Universidad de Harvard en conjunto con la Escuela de Economía de Londres encontraron que 6 de cada 10 niñas prefieren parar de hacer lo que les gusta porque no se sienten a gusto con su apariencia. Adicional a eso, 1 de cada 3 adolescentes declinan la idea de participar en los debates de sus escuelas porque no quieren llamar la atención por su aspecto físico. Y, 1 de cada 5 no asisten a clases porque no se sienten a gusto consigo mismos. 

Este mismo estudio arrojó que a nivel mundial solo el 4% de las mujeres alrededor del mundo se consideran a si mismas bonitas. Y el 72% de las niñas sienten una presión tremenda de ser bonitas.

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¿Qué está pasando con nuestras hijas?

Estas cifras son alarmantes y lo único que nos muestran son el impacto tan negativo que tienen los estándares de belleza que imponen los medios de comunicación. A esto, le agregamos las imágenes retocadas de los artistas las cuales están muy lejos de la realidad, los desfiles de lencería, la misma sociedad. 

Creo que se ha generalizado la creencia de que la belleza es igual a estar delgadas y esto está acabando con la autoestima de las mujeres desde que son unas niñas.  Se deja de un lado todos los demás aspectos de la identidad: la personalidad, el carácter, los talentos, los valores, la capacidad para amar, ser empáticas, el sentido del humor, en fin todo aquello que nos hace únicas y especiales. 

La belleza y el cuerpo son solo una parte de nuestra identidad. Pero, parece que esto se ha convertido en lo único que importa llevando a miles de mujeres a hacer lo que sea para sentirse amadas y aceptadas, pagando el precio de padecer trastornos de la alimentación (bulimia, la anorexia o el trastorno por atracón) o lesionarse el cuerpo por el exceso de ejercicio.

Sin darnos cuenta estamos bombardeando a nuestras hijas con información sobre nuestra propia imagen corporal, nuestra preocupación por nuestros cuerpos y nuestros miedos de no ser aceptadas en nuestro grupo social.

Mamá e hija

La forma en la que te hablas, impacta a tu hija

Cuando hablamos negativamente de nuestro cuerpo, nuestras hijas “absorben” el tipo de lenguaje que utilizamos y los temas de conversación en los que nos involucramos. Para sus oídos, nosotras podemos sonar como que nos juzgamos y valoramos a nosotras mismas en base a nuestra apariencia física, entonces ellas empezar a valorar que tener cierto tipo de cuerpo y peso es garantía para ser amadas y aceptadas.

Si trabajamos en nuestra propia insatisfacción corporal y comenzamos a rescatar nuestra belleza interna, podemos romper el hábito de reforzar los estereotipos de belleza y regalarle a nuestras hijas un “factor de protección” ante la presión de ser delgadas. Y rompemos con esos ideales de belleza. 

Mamá e hija

Consejos para mamás

A continuación, te sugiero varios tips para empezar a reflejarle a tu hija su belleza interna:

  1. Tus palabras tienen poder. Habla bien de ti misma, tu hija te escucha y te imita
  2. Tómate una semana de no hablar sobre el peso, el cuerpo, las dietas y la apariencia. Te darás cuenta de cuanto tiempo inviertes en ello y cuánto daño te haces. Pídele ayuda a tu grupo familiar y amistades.
  3. Dile a tus amigas que estás cansada de hablar de la dieta, el ejercicio y el peso. No dejes que tus amigas se expresen mal de sí mismas.
  4. Enfócate más en charlas divertidas. Habla mas de lo positivo y saludable de cuidarse, de la energía que sientes al alimentarte bien, que duermes y te sientes mejor.
  5. Reemplaza lo negativo por lo positivo. Habla bien de tu cuerpo.
  6. Ama tu cuerpo, es el único que tienes. Aprecia tu cuerpo por lo que puede hacer no por como se ve. Disfruta un día de sol o de playa
  7. Enfrenta tus propias palabras duras hacia los demás. Lo que dices de los demás también cuenta. Tu hija interpreta estos comentarios como que estar pasada de peso no puede ser hermoso.

El legado que le dejas a tu hija

Enséñale a tu hija que la belleza y la delgadez no es lo más importante. Que eso no va a determinar cuánto vale. Lo que determina cuánto vale es quien ella es en lo emocional, lo intelectual, lo espiritual y esto es lo que se verá reflejado afuera.

Enséñale que la manera en cómo se ve es solo una parte de su identidad y que la verdad es que la amas por quien es, por lo que hace y por lo que te hace sentir.

Enséñale a tu hija a comer solo cuando tenga hambre, a que no tiene que limpiar el plato cada vez que se sienta a comer. Desde pequeña, bríndale comida natural y saludable. Pero que primero ella te vea comiéndola tú, porque desde pequeña ella imitará lo que eres, dices y haces.

Recuerda, Súper Mamá, eres un modelo para tu hija. Eres su primer y más influenciable modelo y lo que creas de ti misma, es lo que ella creerá de ella. Refléjale tu belleza para que ella la pueda incorporar dentro de sí. Ella entonces le añadirá su toque personal y la podrá reflejar a los demás y a su hija cuando ella sea mamá. Ese será tu legado.

La autora es Psicóloga Clínica, miembro del Instituto Internacional de Psicoterapia y Presidenta de la Fundación Relaciones Sanas. Puedes encontrarla en redes sociales como @mindfuleating_pty.

¿Cómo le reflejas a tu hija su belleza interna? ¡Cuéntanos abajo!

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