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El Cáncer No Es Sinónimo de decir ADIÓS Si Lo Alcanzas A Tiempo

¡El cáncer NO es sinónimo de muerte! En este artículo Súper Mamá, queremos compartir contigo la experiencia de nuestra amiga Paola Schmitt, sobre su lucha contra el cáncer de mama en el 2015. Afortunadamente una sobreviviente de esta enfermedad, ¡mira su historia!

Texto: Paola Schmitt

¡Hola, Súper Mamá! Soy Paola Schmitt. Me desempeño como coach de vida y proyectos, oradora inspiracional, columnista, autora de 2 libros, artista y madre de dos niñas preciosas, quienes son el viento bajo mis alas y mi mayor fuente de inspiración. 

¿Cuál es mi historia?

Fui diagnosticada con cáncer de mama en mi pecho izquierdo en enero del 2015. Pero quiero contarte, Súper Mamá, qué fue lo que hice para detectarlo a tiempo y que me salvó la vida. Porque le tomó sólo 4 MESES pasar de un bultito a un agresivo cáncer de seno. 

En agosto del 2014 me sentí un bultito en el pecho, como de una aceituna. No me dolía y fuera de que me era fácil de tocar en mi escote, no hacía más por llamar mi atención. En una cita con un doctor se lo mencioné, pero le restó importancia, y lo más fácil es quedarse tranquila con eso, y decir: “pues seguro que no es nada”, pero tu cuerpo no debe crear bultitos, debes estar al acecho y cuando encuentres uno: ¡INSISTE para que te lo vean bien!

La importancia de conocer tu cuerpo

Pues bien, Súper Mamá, como buena coach que soy, necia o porque mi ángel de la guarda me estaba pinchando, agarré una agenda y me dije: “¿qué día va a ser ese en que me voy a chequear este bulto en serio?” Y, allí mismo, me hice una cita con mi doctor. Me fui derechito a verme con el Dr. Pablo Durán, cirujano oncólogo, quien seguramente estaría acostumbrado a ver “bultitos con patas” y me dirá qué es lo que veía. 

Resulta Súper Mamá, que ese bulto no salió en la mamografía de octubre anterior (recuerda que entonces había ido en agosto) y estuve tentada a esperar a la mamografía del próximo octubre. Por lo que de entrada te digo, que prestarles atención a tus senos sólo de octubre en octubre no es suficiente. 

En el primer chequeo salió como un quiste sólido, realmente como una aceituna, ovalado y que no permitía a la aguja entrar, y el doctor me comenta textualmente: “No es de preocuparnos inmediatamente, pero no me gusta, ven en 3 meses para tenerlo monitoreado”. Salí de la consulta y ¡claro que lo eché al saco de en 3 meses vuelvo a llamar! Y, como sabes, ese saco siempre lo desempolvamos tarde, así que regresé en 4 meses, a finales de diciembre.

Escucha a tu doctor y sus recomendaciones

En este segundo chequeo, mi aceituna había cambiado. Ahora tenía líquido en su interior y con la aguja lo dejaron flat. Mientras el líquido oscuro que salió se ganaba un viaje a patología. Para la primera semana de enero, volví a sentir el bulto igualito en el mismo lugar. 

Súper Mamá, en esa espera los exámenes de patología aún no llegaban, y para el tercer chequeo, para sorpresa del doctor, en menos de 3 semanas el bultito había vuelto a crecer, ya no tenía figura de oliva, sino era amorfo y su núcleo era muy sospechoso.

A mediados de enero, me intervinieron quirúrgicamente para extirparme el quiste. En su interior, se encontraba un cáncer triple negativo y con una tasa de rapidez de crecimiento de un 80%. 

#HazteElExamen

Como verás Súper Mamá, un mes, tan sólo un mes más que hubiera dejado pasar (según los doctores), mi historia habría sido otra, una guerra mucho más difícil e incierta. Aún en “Estadio 1” pasé por otra operación más, y unos 5 meses de quimioterapia intravenosa (que no fueron nada agradables), 2 meses de radiación y me quedan 10 años de chequeos periódicos.

Este tratamiento Súper Mamá, es totalmente invasivo. El primer síntoma que todos relacionan son las náuseas, pero en mi caso, tuve la suerte de no tener ese efecto secundario de la quimioterapia. El no tener este síntoma fue una hazaña, casi un milagro, ya que sufro de un cuadro fuerte gastrointestinal. 

Lo que si tuve que padecer fueron los dolores intestinales, me llenaba de gases, y sufrí de fuerte estreñimiento. Otro síntoma implacable luego de la quimio, fue la pérdida de cabello, me empezó a las dos semanas de quimio, y es un ¡PIM PUM PAO! Un día te pasas la mano por la cabeza y te salen manojos de pelo. También se te caen las cejas y pestañas, aunque a mí no se me cayeron todas. Tomé la decisión de raparme la cabeza y fue liberador. Era mejor verme calva en el espejo, que con esos manojos de cabellos. Comencé a usar pañuelos. Todo esto cortesía de la Ciclofosfamira, uno de los medicamentos claves de la quimio. 

¡Ay, Súper Mamá! Y, de las defensas, ni hablar! Esa fue una tremenda batalla para mí. Pasa que nos las bajan con inmunodepresores justo antes de ponerte la quimioterapia, para que nuestro propio sistema inmunológico no ataque la medicación de la quimio, por lo que, de allí en adelante es una lotería cómo reaccione tu cuerpo.

Mi experiencia con el tratamiento

Otra sensación diferente fue la boca, es como si el cuerpo olvidara los sabores, muchas cosas dejan de saberte, y lo que te sabe, ya no es igual. Es como si las papilas gustativas se durmieran o murieran.  Las encías se secan y se ponen súper sensibles, así que toca cambiar de cepillo y de pasta. 

También Súper Mamá, me pasó algo rarísimo con la concentración. Porque todo se te olvida, y de verdad que no es un despiste propio o falta de interés. Juradito por Snoopy que es parte de los efectos secundarios de la quimio. Leía un libro y a la media hora me daba la sensación de que ya había visto eso antes. Total, todo se me enredaba: citas, números, agenda, etc. 

A pesar de todos estos síntomas, y muchos otros que dejé por fuera comentarles, sólo te puedo decir Súper Mamá, que el cáncer no reconoce, ni deja pasar a quien no quiere. Todos tenemos células cancerosas en nuestro cuerpo y debemos ayudarlo para que las combata adecuadamente. Eso requiere de una buena alimentación, el manejo del estrés, la vida activa, la práctica de la paz interior y meditación, donde siempre puedas hacer pactos con tu cuerpo para trabajar en conjunto. Y, aun así, eso no te garantiza que el cáncer no toque a tu puerta.

Mi mensaje para ti, Súper Mamá

Por eso Súper Mamá, es necesario que te hagas los autoexámenes, tú conoces tu cuerpo y sabes cuándo hay algo raro. Además, de los exámenes médicos periódicos. 

Sólo te puedo decir Súper Mamá, que el cáncer no es sinónimo de muerte, si lo alcanzas a tiempo. El momento de su detección puede hacer una diferencia total. La mejor batalla es la que puedes pelear con ventaja, y tu ventaja siempre será agarrarlo temprano. No dejes pasar tus exámenes por alto, no postergues las mamografías u otras citas médicas, se productiva con tu cuerpo, para que no tengas que ser reactiva. 

Súper Mamá ¿Qué te ha parecido la experiencia de Paola con el cáncer de mama? Coméntanos.

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