La dosis de radiación empleada en la mamografía es mínima y tiene beneficios como: reducción en la mortalidad, menos agresión por parte de la enfermedad y un rango más amplio en las opciones de tratamiento.
Texto: Iranela Sánchez
Uno de los males que se están apoderando de las mujeres de nuestra época es el cáncer de mama, y lo que es peor, la falta de prevención es lo que más dificultades está causando, provocando fallecimientos y operaciones que podrían haberse resuelto con un diagnóstico a tiempo. Uno de los mayores errores que cometen las mujeres es esperar a tener algún tipo de dolencia para asistir al ginecólogo para realizarse un examen de mama. Es imprescindible saber que el cáncer de mama puede prevenirse siempre y cuando tengamos un seguimiento periódico y prolongado.
La mamografía es la prueba más eficaz para detectar el cáncer de mama, y por ello todas las mujeres deben acudir como mínimo cada dos años a realizársela. Hay diferentes profesionales de la ginecología que difieren en la edad propicia para realizarse la prueba, pero en lo que todos coinciden es que la enfermedad empeora con el paso de los años. Así, todas las mujeres de entre 50 y 69 deben hacerse una mamografía pese a que no hayan tenido síntomas con anterioridad. Por su parte, las mujeres de entre 40 y 50 años deben hacerse mamografías periódicamente, preferiblemente todos los años. No obstante, estos datos no eximen a las más jóvenes de acudir a las clínicas u hospitales para tener controlada su salud mamaria.
¿Por qué hacerse la mamografía?
El motivo esencial para realizarse la mamografía es que permite detectar lesiones en la mama hasta dos años antes de que se hagan palpables, lo que significa que al realizarse la prueba, en caso de dar positivo, sería posible aplicar tratamientos menos agresivos, como es el caso de la cirugía conservadora, que dejan menos secuelas físicas y psicológicas en la mujer.
Además, este examen del pecho no produce dolor y se trata de un procedimiento muy sencillo y totalmente inofensivo, pues la dosis de radiación empleada en la mamografía es mínima. Por lo tanto, aunque la autoexploración no tiene ninguna contraindicación, es más, se recomienda tener un control sobre el propio cuerpo, lógicamente no es tan fiable como la opinión de un médico.
Es aconsejable acudir a la cita la semana posterior de la menstruación, ya que es cuando las glándulas mamarias se desinflaman, quedando menos densos. Profesionales del ámbito advierten que se debe evitar el uso de todo tipo de desodorantes, perfumes y colonias tanto en las axilas como en el pecho, ya que podría provocar un falso positivo al crear una mancha sobre la imagen de la mamografía.
El tener que someterse a una mamografía resulta ser un tema delicado que tratar entre las mujeres, bien sea por miedo a la enfermedad, o las opiniones contrastadas que puedan tener al respecto. Sin embargo, la realización de este examen médico es de suma importancia a la hora de lograr una prevención efectiva del cáncer de mama, pues se trata de un estudio que permite identificar prematuramente el padecimiento.
Es esencial tener en claro que este procedimiento debe formar parte de la rutina de salud en la persona, los médicos sugieren que el momento indicado para hacerlo sería una vez año, es decir, es ideal que exista un control ginecológico anual, por supuesto, también teniendo en cuenta si se detecta alguna lesión o masa en las mamas. “Al ver cambios en la textura de la piel o simplemente al notar cualquier cambio, es necesario acudir al médico de inmediato”, argumentan los especialistas.
Así que ya lo sabes Super Mamá, atrévete a hacer tu mamografía porque es la prueba más grande de amor que puedes darte a ti y a los tuyos. ¡Tu salud es primordial!