Quitar objetos que puedan distraerlo, buscar una zona de tranquilidad para hacer tareas y la repetición, serán tus técnicas para lograr que el niño estudie solo.
Texto: Iranela Sánchez
Tener unos buenos hábitos de estudio determina en gran medida el éxito académico de nuestros niños.
Como cualquier hábito, éste requiere tiempo, esfuerzo y práctica. Y es aquí donde entramos nosotros, los papás, pues debemos comprometernos con las asignaciones escolares de nuestros hijos.
Lo primero a determinar es la creación de ciertas rutinas de trabajo y estudio, enseñándoles a planificar, motivándoles a realizarlas y reconociendo su esfuerzo. ¡A todos nos gratifica que reconozcan nuestro trabajo!
Pero ¿está nuestro hijo preparado para adquirir un buen hábito de estudio?
Antes de que un niño sea capaz de sentarse a hacer deberes, existen una serie de actitudes que pueden darnos pistas de lo fácil o difícil que le puede resultar a nuestro hijo mantenerse sentado y atento a la tarea que está realizando. Algunas de estas actitudes son: la atención sostenida o la capacidad para trabajar durante largo rato en una misma tarea; la concentración o la capacidad para centrar la atención en algo sin distraerse; la memoria o la capacidad para recordar y repetir y; la tolerancia a la frustración o si el niño continúa insistiendo en hacer algo, aunque en el primer intento le haya salido mal o a pesar de que le cueste conseguirlo.
Todas estas actitudes nos darán pistas de que el niño puede adquirir un buen hábito de estudio y también nos permiten insistir y trabajar sobre los puntos débiles que podamos ver. Estas capacidades se pueden trabajar, por ejemplo, a través de juegos, cuentos o canciones
Por ello, la psicóloga Elena Domínguez nos muestra cómo crear los hábitos de estudio en nuestros hijos:
Empezar desde pequeños
Estudiar es un hábito y como tal se puede aprender. Padres y maestros tienen mucho que ver. Cuanto antes empecemos mejor.
Crear una rutina de trabajo y estudio
Para crear un hábito es necesaria la repetición. No debemos esperar a que los niños traigan deberes para que se sienten cada día un ratito a estudiar, leer o escribir. Búscale pequeñas y divertidas tareas que puedan hacer cuando no tengan tareas.
Zona de estudio
Busca un lugar cómodo, bonito y agradable para realizar tareas. En esta área el niño debe tener a mano todo lo que usará: papel, colores, lápices, etc.
Planificar y organizar las tareas
Enséñales a crear una lista de lo que deben hacer y el orden que seguirán. Se aconseja siempre empezar por lo más difícil y terminar con algo más sencillo.
Motivar
No hay nada mejor que hacerles ver lo mucho que están avanzando, por poco que sea, para que tengan más ganas de continuar.
Crear intereses
Los niños prestan más atención, están más motivados y rinden mejor si aquello que hacen les interesa. Averigua sus intereses y relaciónalos con el estudio.
Hacer que sea divertido
Especialmente con los niños más pequeños.
Evitar distracciones
Debemos evitar cualquier tipo de distracción. La televisión debe estar apagada, y dejar para después cualquier tipo de juego. Quita de los alrededores todo lo que pueda distraerle.
Los hábitos se generan por repetición. Al principio, puede que cueste un poco. Los niños prefieren jugar o ver tv en lugar de estudiar, pero a medida que vayan adquiriendo la rutina diaria les costará cada vez menos.
Para finalizar, recuerda que tu actitud como madre es igual de importante -como las ideas mencionadas anteriormente- para que los niños adquieran el hábito de estudiar. No te enfades y no alces la voz. Están aprendiendo y es normal que se equivoquen. Con el tiempo lograrás que estudien solitos. Así que: ¡Manos a la obra mis queridas Súper Mamás!
Y tú, ¿qué fórmulas implementaste para que tu hijo adquiriera el hábito de estudio? ¡Cuéntanos tus experiencias!