Por: Psicóloga Melisa Márquez
Súper Mamá, una separación de pareja es bastante difícil. Si estás pasando por esta situación, imaginamos que te podrás estar preguntando: ¿cómo explicarle a mis hijos que mamá y papá no son pareja? En este artículo, la Psicóloga Especialista en Familia y Parejas, Melisa Márquez, nos comparte algunas recomendaciones de cómo llevar esto.
Había una vez una princesa que conoció a un príncipe, se enamoraron, se casaron, tuvieron hijos y vivieron felices para siempre. ¿Te suena conocido?
¿Y qué pasa si mi historia es un poquito, o muy, diferente? Pasa que es una historia real, y como historia real puede tener giros inesperados y situaciones que posiblemente generan culpa, miedo, desilusión, tristeza y una gran preocupación por lo que puedan sufrir los hijos, pero no podemos olvidar que una mala relación de pareja es más dolorosa que una separación amigable.
Teniendo en cuenta que cada familia es única y reconociendo que ser padres separados trae consigo sus propios retos, estas son algunas ideas para abordar el tema con los hijos:
- Cuídate primero.
La actitud de los adultos frente a los niños o adolescentes es un elemento clave en el ambiente que se genera, ya sea de tranquilidad y confianza, o de culpa y tensión. Date tu espacio para descansar, desahogarte con las personas correctas (nunca tus hijos), leer un buen libro, acudir a terapia, conectar con amigos y familiares, hacer deporte, escuchar música, dedicarte a un pasatiempo o cualquier otra actividad que te ayude a regular tus emociones y sentir bienestar.
- Nombra, permite y acompaña las emociones.
Con frecuencia los adultos parecemos muy preocupados por evitar que los niños o adolescentes atraviesen situaciones dolorosas y caemos en el error de decir frases como “no pasa nada”, “no llores” o “no quiero verte mal”. Con estas frases enviamos un mensaje de que hay emociones buenas y malas, cuando en realidad todas son necesarias.
Intenta alentarlos para que expresen sus sentimientos, respeta su ritmo y muestra comprensión. La franqueza y la escucha activa son grandes herramientas para crear ese espacio seguro en el que todos se sientan validados y confiados en que son capaces de manejar esta situación. Para los más pequeños, puede ser muy útil leer libros como “El monstruo de colores” de Ana Llenas o “Cuando estoy triste” de Trace Moroney, y muchos más.
- Brinda la información que ellos necesitan, ni más ni menos.
Parecería muy obvio, pero los hijos no necesitan detalles sobre los conflictos de la pareja y, posiblemente, tampoco quieren oír largos discursos con explicaciones no solicitadas que terminan generando mayor confusión. ¿Cómo sabes qué información necesitan? Haciendo preguntas y permitiendo que ellos también las hagan pero, sobre todo, haciendo mucho silencio para escuchar lo que ellos piensan y de qué manera interpretan la situación.
Por ejemplo: ¿Qué piensas tú de que mamá y papá no vivan juntos? ¿Cuál crees que es la diferencia entre nuestra familia y la de tu amiguito tal? ¿Qué es lo que más y menos te gusta de que mamá y papá estén separados? ¿Qué cosas te gustaría que pasaran y qué cosas no?
- Establece rutinas o acuerdos y límites claros.
Las rutinas, acuerdos y límites nos dan estabilidad y nos permiten tener claridad sobre qué podemos esperar y qué se espera de nosotros. No intente “compensar” a sus hijos por la situación familiar cayendo en la permisividad, y tampoco se vaya al extremo de la rigidez.
Es fundamental que ambos padres coincidan en cuanto a lo que está permitido y qué no, y se lo hagan saber a sus familiares, de manera que la dinámica no varíe demasiado entre un ambiente y otro. Una gran herramienta para lograr esto es acudir a cursos o talleres para padres que les brinden recursos y los ayuden a contar con más información.
- Recuerda que, aunque no sean pareja, siguen siendo padres.
Los niños pueden vivir tranquilos y felices sabiendo que sus padres no se aman, siempre y cuando sepan también que se respetan y apoyan cuando se trata de ellos. Asegúrate de que los temas de adultos se resuelvan entre adultos y no los involucres en un conflicto de lealtades.
Ser padres es un camino de subidas y bajadas, con algunos paisajes hermosos y otros no tan agradables, y si seguimos con la metáfora del cuento, hay capítulos que uno quisiera saltarse, pero se aprende mucho de ellos. Así que sigue escribiendo, editando y disfrutando la historia, porque hay muchas maneras de obtener finales felices.
Referencias: Disciplina Positiva de la A las Z, Jane Nelsen, Lynn Lott y H Stephen Glenn.
Si quieres conectar con la Psicóloga Melisa Márquez, te invitamos a seguirla en su cuenta de Instagram @hablemosdepty
¿Qué te parecieron estas recomendaciones, Súper Mamá? ¿Has pasado por una situación así? ¿Qué herramientas nos regalas de tu experiencia? ¡Te queremos leer!