Cuando pensamos en nuestras propias madres, padres o abuelas/os, usualmente nos acordamos de aquellas experiencias que vivieron con nosotras/os. Ya sea cuando le ayudamos en la cocina los domingos, o cuando los acompañábamos a pagar las cuentas. Esto se debe, Súper Mamás, a que nuestras memorias están llenas de esos momentos especiales que hemos compartido con nuestros propios cuidadores.
Así mismo, queremos replicar este tipo de memorias con nuestros propios hijos. Y, una de las formas en las que ponemos esto en práctica es a través de cocinar con nuestros propios hijos/as. Pero, no siempre resulta tal cual lo teníamos en mente. En este artículo te compartimos 6 pensamientos que toda mamá tiene cuando cocina con sus hijos/as:
1. ¡Esto va a ser fa-ci-lí-simo! Ya vas a ver que esta vez SÍ nos va a quedar igualito a como se ve en la foto.
2. ¡No tengo idea de cuánto es 100g de harina! ¿Qué pasa si lo hago “al ojo”?
3. ¿Será que (insertar nombre de hijo/a) se lavó las manos antes de estar revolviendo los ingredientes?
4. ¡¿Los ingredientes secos se deben mezclar ANTES?! ¿Por qué no me dijeron eso al principio de la receta?
5. Bueno, esto va pa’ el horno y que salga como Dios quiera.
6. ¡Oye! Esto no quedo tan mal como pensaba…
7. No salió igual a la foto, y probablemente no sabe igual al de la foto. Pero, mira como se divirtió mi hijo/a. ¡La próxima vez SÍ nos va a salir súper bien!
Y, ¡así se repite el ciclo una y otra vez! Pero bueno, Súper Mamá, lo importante es que lo intentamos y estuvo #TodoBajoControl en todo momento.
¿Has cocinado con tus hijos/as, Súper Mamá? ¡Cuéntanos tus historias más graciosas!