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Los amados y odiados grupos de Whatsapp

Sin dudarlo por una parte son buenos, pero cuando sus objetivos se tergiversan pueden causar ronchas entre sus integrantes. Nuestra mamá de los grandes, Gloria Quintana hizo una encuesta interesante.

Texto: Gloria Quintana

Definitivamente que los tiempos han cambiado y más con tanta tecnología. El padre de familia que tenga a su hijo matriculado en un colegio privado y que no sepa qué necesita, qué tenga que estudiar o llevar, es porque simplemente no supervisa ya que hoy día existen toda clase de mecanismos que mantienen al padre informado.

El famoso MEREB es el mejor o peor aliado tanto de estudiantes como para los padres de familia, absolutamente todo se encuentra allí… ya no se pueden golear a los padres de que no hay tarea, que los ejercicios el profesor aún no los ha entregado y que no hay que llevar ninguna figura para arreglar el mural. Absolutamente todo se encuentra en esta plataforma.

Pero como nada es suficiente, a alguien se le ocurrió utilizar el App del WhatsApp para crear los grupos de Padres de Familia del Salón y ya es casi ley pues en la primera reunión de Padres, lo primero que se hace es pasar la hoja para que los acudientes coloquen nombres y números de celular e incluirlos en el grupo. ¿Se imagina si tiene 3 hijos, pertenecer a la misma cantidad de grupos de WhatsApp del colegio?

Hay muchos que se salen de los grupos al acto y hay otros que simplemente les encanta saberlo todo e incluso se convierten en esos papás líderes, tomadores de decisiones de todo lo que tiene que ver con los estudiantes y la escuela.

Yo agradezco que este invento no existía cuando mis hijos estaban en el colegio, pero escucho a mis amigas padecer sobre esta nueva tendencia. Tengo mi opinión como espectadora, sin embargo, me tomé la tarea de hacer una pequeña encuesta con amigas madres y fue interesante lo que pude descubrir.

Algunas consideran que es una buena herramienta de comunicación para estar enterados.  Aducen que la maravilla del Whatsapp es que tú decides cómo, cuándo y cuánto interactúas. Es tu decisión si te enganchas en discusiones filosóficas sin principio ni fin, o en críticas a los profesores, o en el tema de moda.

Otras adujeron que cuando no perteneces al círculo cero, eres ultra ignorado, ya que existen grupos de compinches que están alineados y lo que opine el resto simplemente no lo toman en cuenta.

Insisten en que se debe respetar el verdadero objetivo del grupo y no se deben enviar cadenas de oración, noticias falsas, promoción de sus negocios y eventos comerciales personales y mucho menos debatir sobre política, religión, la ley de Educación sexual y matrimonio igualitario, pues en los grupos pueden existir agnósticos, ateos o que profesan otra religión y hay que saber respetar.

Otras opinaron que lo consideran sumamente estresante, con lo cual han participado pocas horas y se salen, ya que consideran que hay papás fanáticos que no viven y no dejan vivir. Viven pendientes de los otros salones, de lo que hicieron y lo que no y están en eterna competencia.

Una confesó encantarle participar activamente de todos los grupos de sus hijos porque así está enterada de todo y no tiene reparos en leer y participar.

Entre todas las encuestas que realicé, le pregunté a una maestra qué opinaba siendo parte y contraparte ya que es madre también y fue muy divertido su aporte. Nos comentó que a diferencia de lo que podríamos pensar, le parece que tiene sus cosas buenas y no tan buenas.

Buenas: si las personas que forman parte del chat son ecuánimes y centradas se maneja bien. Comentó que en una ocasión alguien mandó una cadena y otra mamá rápidamente recordó el propósito del chat

Malo: siempre hay alguna mamá más intensa que otra.

Desde su mirada como escuela, le ha tocado ver que los chats pueden hacer mucho daño o no hacerlo, todo depende del padre y de cómo recibe y da la información. Lo que si es cierto es que hay características en estos chats, por ejemplo, están:

Las mamás intensas: Se caracterizan por tener niños algo despistados, que les cuesta y no llevan lo que tienen que hacer o no copian todo, pero ellas lo saben, pero en el chat quieren hacer ver que todo es culpa del maestro y busca bajo cielo y tierra una madre más que se convierta en su aliada para desbaratar la escuela, maestros y directores ¿y por qué? Porque es más fácil justificar y que otro se haga responsable.

La insegura: Siente que debe estar en el chat y si alguien dice algo, lo cree y de inmediato compra o hace todo lo que dicen, sin verificar con la escuela o sin chequear lo que tiene su hijo.

Las silenciosas: Les da igual, no se meten, no participan, no comparten.

La revoltosa del patio limoso: Todo lo tergiversa y especula, inventa, acusa, etc. Esa tiene poder, en la medida en que la insegura la abanique, pero todo concluye cuando viene la radical y dice: ve a la escuela, o le dice: eso no es así y pone en jaque todo el mundo. Allí la insegura se recoge.

La baila la vara: Escribe por dentro y por fuera del chat, esa es peligrosa, porque abanica el sindicato por el chat y por fuera nunca sabe nada o dice que ella mejor ni opina. Es la que dice amar el colegio, pero habla mal de él por el chat.

La agrandada: Tiene al mejor hijo, el que no se equivoca, el que si falló fue por el profesor, porque su hijo es noble, brillante, único y genial.

La confucia: Nunca sabe nada y escribe y pregunta sin leer el chat y está todo el tiempo confundida.

La chiquillona: Siempre expone una buena razón para tomarse unas margaritas, para brindar, porque casi casi ella es la que gana las notas y siempre quiere hacer algo con las otras mamás, y están las rezadoras, la de las cadenas y grupitos de oración, las espirituales.

Le pregunté a la maestra si sabía el origen de esta nueva tendencia y piensa que todo empezó hace unas cuántas generaciones atrás en los preescolares, cuando se descubrió el Whatsapp y las maestras (tan lindas y detallistas, e ilusas) creyeron que el uso de la herramienta era para mantener una comunicación directa con los padres de los más pequeños, era lo ideal y en efecto así fue, en muchas escuelitas infantiles, era más rápido avisar de cualquier calamidad a los padres por esta vía. Por ejemplo, “Señora a la niña la pico algo” y de inmediato enviaban foto y calmaban a la madre.

Considera que todo evolucionó cuando esas madres descritas pasan a escuelas grandes, en donde los niños ya tienen que lidiar con muchos más niños, espacios más grandes, más maestros, etc. Y llegan a la escuela con la ilusión de tener su maravilloso y colorido grupito de Whatsapp de la escuela, con maestras y todo, pero le dicen NO y entonces se ponen de acuerdo entre ellas mismas para seguir con lo que las gratifica, aunque no de ni paz, ni consuelo.

Después de analizar las respuestas de mis encuestadas y viendo los toros desde la barrera concluí lo siguiente:

  1. Son buenos los grupos de padres de WhatsApp para estar enterados y supervisar a nuestros hijos, pero no hacerles el trabajo y mucho menos estresarnos porque no lo hicieron.
  2. Hay que crearles responsabilidad e independencia, mas no codependencia. El hecho de estar activamente en estos grupos hace que los carguemos de una manera indirecta.
  3. Si se le quedó la lonchera o la cartulina con el trabajo, no podemos correr a llevárselas para que no saquen mala nota. Deben saber que cuando no se cumple hay consecuencias, pero si corremos a resolverles nunca aprenderán la lección. Recuerde que un día usted no va a estar y su deber es dejarlos preparados para la vida.
  4. Papá y mamá ya fueron a la escuela y no pueden asumir la responsabilidad que le compete a los hijos / estudiantes. Son ellos los que deben tomar las decisiones de lo que ocurra en la escuela, no trunque su creatividad y no se imponga a que hagan lo que usted adulto considera… ese no es su rol, mas sí supervisar y opinar si le preguntan. Los estudiantes en formación son ellos.
  5. Recuerde que quien funge como maestro no es usted y no debemos restarle importancia, credibilidad a los educadores, desacreditándolos y mucho menos manifestárselo a los hijos.
  6. No comentar con los hijos temas delicados que se traten en el grupo. Pregúntese si le edificará la información. Si considera que no, innecesario siquiera comentarlo.
  7. No hacerles el trabajo.
  8. Es bueno estar, siempre hay gente que aporta y lo que es bueno, léalo y preste atención y deseche lo que no considera útil.

PREPAREMOS A HOMBRES Y MUJERES CAPACES DE TOMAR SUS PROPIAS DECISIONES Y QUE NO TEMAN CUANDO FRACASAN O SE EQUIVOCAN. CRÉAME QUE SUS HIJOS SE LO AGRADECERÁN.

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