Escrito por nuestra Súper Mamá, Yescenia Navarro
¿Cuántas veces escuchamos a nuestras mamás diciéndonos “Acaso tú crees que yo tengo un palo de billetes en el patio?” o “¿Acaso tú crees que yo abro la refri y tengo duros de billetes? (ups bueno esto si pasó…) El dinero siempre ha sido un tema del que poco nos explicaron de niños, pero que hoy es una gran preocupación para las mamás.
Hace poco hicimos un estudio en nuestra comunidad y uno de los hallazgos más interesantes fue que la mamá le preocupa que sus hijos entiendan el valor del dinero, que entiendan que ahorrar es importante y que el dinero hay que usarlo responsablemente.
Entonces, se nos ocurrió preguntarle a un grupo de niños sobre el dinero y de dónde viene y, aquí, hay algunas de las respuestas:
- Carmen 7 años: La plata es lo que mi mamá tiene en la tarjeta y que usa para pagar la comida.
- Joaquín 5 años: Mi dinero me lo trae el hada de los dientes, así ojalá se me caigan los cuatro dientes que tengo flojos para tener muchos billetes
- Francisco 6 años: Mi mamá nunca tiene plata porque cada vez que le pido algo me dice que no tiene ni un dólar
- Cristy 10 años: Los billetes ya no existen, ahora solo vale la plata de Roblox
- Isabella 6 años: ¿Mamá, pero eso lo vas a pagar con tu plata o con la mía?
- Roberto 8 años: Estoy guardando hasta los centavos en la alcancía para el viaje a Disney
Estas respuestas llenas de inocencia algunas reflejan que a estas edades los niños ya están listos para ir entendiendo de donde viene el dinero, para qué sirve, por qué hay que saberlo administrar bien y por qué es tan importante ahorrar. A lo mejor, a estas edades, las únicas fuentes de ingreso de los niños sean lo que le traiga el Ratón Pérez, si reciben dinero para alguna celebración; pero, cuando ya van creciendo cuentan con mesadas o pagos como por algunas tareas del hogar como lavar el carro, por ejemplo. Entonces, no podemos desaprovechar ningún momento para enseñarles sobre educación financiera acorde a la edad en la que se encuentran.
Les comparto una anécdota que me pasó con mis hijas luego de un par de dientes de leche y unos cumpleaños. Cada una tenía un pequeño fondo y, una lo estaba guardando para comprarse una mascota y juguetes. Entonces, para hacerles entender que no siempre se pueden gastar el dinero en las cosas que ella quiere y que el dinero de papá y mamá cuesta, hicimos el ejercicio de salir a cenar, ellas podían pedir lo que quisieran, pero, si pedían de más y no se lo comían lo pagaban de sus ahorros. Esto lo hicimos porque normalmente pedían comida y no se la comían toda, dejaban el jugo, la mitad de la comida y el postre, solo lo cuchareaban; nunca querían compartir los platos, pues adivinen ¿qué pasó? Como tenían que pagar lo que no se comieran, pues ella en acuerdo decidieron compartir todos los platos. Es decir, pedimos solo un jugo, un plato fuerte y un postre y, así, no sobro nada y no gastamos de más, ven que ellos desde pequeños pueden aprender a entender el valor del dinero.