Súper Mamá, sabemos que muchas veces nos cuesta aceptarnos y reconocer que estamos rodeados de diferentes tipos de cuerpos, por ello, hoy te queremos compartir este artículo redactado por la Psicóloga Xiomara Medina en la que nos explica cómo podemos aprender a escuchar y conocer nuestro cuerpo.
Tanto por descubrir y por escuchar…mamá, respira y tómate un break para ti.
Nuestro cuerpo es sabio, y en diferentes ocasiones busca la forma de ser escuchado… ¿Sabes cómo hacerlo? ¿Reconoces y puedes diferencia los distintos mensajes que intenta darnos? Buscamos mejorar nuestros hábitos, rutinas…pero ¿Realmente somos conscientes de lo que nuestro cuerpo necesita? Es importante aprender a “escuchar” las diferentes señales que nos da.
Pasamos el día entero entre deberes y responsabilidades, y cuando termina la jornada, no hemos reflexionado ni un poco acerca de nuestro estado emocional. Aparte de estar cansadas…somos incapaces de reconocer otra emoción o sentir.
La pandemia ha resaltado la importancia de nuestra salud a nivel integral, sin embargo, aún nos falta el hábito de escuchar. Con esto, me refiero a escucharnos. Generalmente, nos dejamos en segundo plano, atendiendo todo para que nuestro entorno este satisfecho, a la vez nos hace sentir bien con nuestro rol de madre y Administradora del Hogar, pero la consecuencia directa es un cúmulo de lagunas emocionales, que hemos evitado para no “dar mayor importancia”.
Nuestro cuerpo nos dice tanto, y es tan inteligente que nos tiene todas las respuestas, pero requiere de algo tan esencial que puedes encontrar en las conversaciones: atención. Es dedicar el tiempo necesario para conocer y aprender de él, ya que hace lo mejor que puede en tu día a día, y ayudarle sería la mejor retribución que podamos darle.
A esta práctica se le conoce como autoconocimiento. El conocernos permite abrir puertas a las posibilidades de estar conscientes en nuestro entorno. Podemos descifrar nuestras emociones y esos “talones de Aquiles” que tenemos en el día a día, y en diferentes momentos, el poder de gestionarnos de la mejor forma para cada una. Nos brinda una ventaja adicional: nos ayuda a trazar metas y nuestro trayecto de vida, en el cual mantengamos esa esencia principal ante la adversidad.
Ahora, si no podemos terminar de conocer a otra persona, solo piensen en el interesante camino de conocerse a uno mismo. Somos un proyecto de vida: estamos en constante cambio, evolución, mejora… ¡Tenemos tanto que explotar!
El autoconocimiento es un reto, requiere de motivación, tiempo y fuerza de voluntad, para esto, brindamos algunas recomendaciones con las que esta disciplina tomará forma:
Conócete. Eres tu propio proyecto: ¿En algún momento te has preguntado tus virtudes, defectos, áreas de fortaleza, oportunidades de mejora? Realiza una lista en la cual puedas enumerar cada una de estas. Desde ya te comento: lo más difícil de este ejercicio es reconocer tus virtudes, pero si es muy difícil identificarlas, te invito a que le preguntes a las personas de tu círculo que te comenten alguna que hayan visto en ti. Te sorprenderán los resultados.
Tomate unos minutos para ti al día: sabemos lo difícil que es, realmente lo es, pero hazlo. Pregúntate “¿cómo estás?” “¿Cómo va tu día?” “¿Cómo te sientes?” Escucha a tu cuerpo, cierra los ojos y concéntrate en lo que sientes. Tu cuerpo habla de todas las posibles formas: malestar, sentimiento, dolor de cabeza…solo te pide que lo escuches.
Practica un poco de Mindfulness: ¿Y eso…con qué se come? Es una práctica que cada vez toma más de fuerza. En español se conoce como “Consciencia plena”, y te enseña a vivir más en el aquí y el ahora, con una mentalidad de aceptación y autocompasión. En internet, podrán encontrar muchos ejercicios de esta práctica. Incluso algunos breves de 5 o 10 minutos.
¿Qué esperas para comenzar este camino de autoconocimiento? Nuestro cuerpo habla, y siempre encontrará la forma de comunicarse, pero queda en ti escoger el mejor medio de comunicación.
Súper Mamá, cuál de estos tips has aplicado en tu día a día, déjanos saber.
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