Buscar una guardería para dejar a nuestros bebés no se toma a la ligera. A veces es una misión casi imposible que roba el sueño. ¡Te cuento mi historia!
Texto: Iranela Sánchez
De adolescente, siempre le decía a mi mamá que era igual a un detective. Sí, de esos que aparecen en Law & Order y CSI que investigan sobre un crimen y hacen mil preguntas al mismo tiempo. Bueno, así se comportaba mi querida madre cuando le pedía permiso para ir a una fiesta de fulanita de tal.
Saltaban por doquier: ¿con quién vas? ¿a qué hora vienes? ¿por qué te pones eso? ¿quién te trae? ¿dónde es? ¡Ayala vida, qué estrés! Pero saben qué, ahora que soy madre la comprendo perfectamente y en breve les digo el por qué.
Primero, soy mamá de una niña de 23 meses y, hace dos semanas me tocó buscar guardería. Mis abuelitos tenían toda la intención de cuidar a la bebé, pero que va, ya no están para eso. Ya ellos pagaron su cuota conmigo y créanlo no fue fácil, porque me portaba de mal, pero eso es otro cuento.
Bien, no se imaginan cuántos lugares visité y a cuántas personas entrevisté. Pasé semanas en ese menester. A todos les encontraba algo. Si me preguntan qué era, no sabría con exactitud, pero no sentía que llenaban mis expectativas de madre. Por dentro, mi voz de la conciencia solo me decía: “aquí no”. Con decirles que hasta mi marido me consideraba negativa y paranoica.
Pasaban los días y la preocupación se apoderaba de mí, porque llegaba la fecha límite… Cierto, no les había dicho. Pasa que a mi nena la cuidaba equis tía, pero ya pronto se le acabarían las vacaciones. Ni Calderón podía ayudarme.
Nadie me había dicho lo complicado que es no tener quién cuide a un hijo. Hasta soñaba con eso: me desvelaba, dolores de cabeza, estrés, falta de apetito… nombe no, ni trabajaba tranquila. Sin embargo, no todo estaba perdido.
Un buen día, mi esposo me dice que había encontrado en Internet tal guardería y teníamos cita con la directora un sábado. Les confieso que no fui tan convencida, pero bueno.
Se llegó el gran día y, a la directora le pregunté de todo: ¿quiénes trabajaban aquí?, ¿cuál era el método de estudio? (sí, porque dan clases también), ¿con qué medidas de seguridad contaban?, ¿qué alimentación daban?, ¿cómo era un día normal allí?, ¿en qué aspectos se basaban para contratar al personal? Es más, al tiempo que me daban el recorrido por las instalaciones observaba todo. ¡Mierco, mi mamá era un detalle al lado mío! El pobre de mi marido casi que ni habló, porque yo no paraba de preguntar jajajaja.
Al salir de esa guardería (que gracias a Dios queda cerca de la casa), sentí un gran alivio. De cada cuestionamiento, obtenía una respuesta que me llenaba. Literalmente, vi la luz al final del túnel, pues la gran cruz de preocupación que cargaba sobre mis hombros se fue, porque sabía que mi nena estaría bien cuidada y aprendería. Es que con semejante interrogatorio debía quedar satisfecha.
Claro, aún existía drama por el primer día de escuelita, pero créanme que mi hija me sorprendió gratamente y en poco tiempo. Solo era cuestión de adaptación.
Sin embargo, existen algunas recomendaciones a seguir para encontrar la guardería ideal:
Con tiempo
Por favor, búsquenla con dos meses de anticipación. No sean como yo que lo dejé todo para último momento.
Buena reputación
Lo mejor es que acudas al centro en las tardes, a la hora de salida de los niños y pregúntale a los papás qué opinan. Tu primera impresión cuenta mucho.
Buena organización
Es importante que la guardería sea flexible y te permita dejar y recoger a tus hijos a diferentes horas, pero debe tener también normas muy claras sobre su funcionamiento, desde qué horas está abierto hasta cuáles son sus planes de emergencia.
Prevención
Averigua qué enfermedades te obligarán a dejar a tu niño en casa y durante cuánto tiempo para evitar contagios. Un buen centro requiere que tanto el personal adulto como los niños estén vacunados y se sometan a revisiones médicas regulares.
Actividades
Una buena guardería te invitará a formar parte del centro, ya sea ayudando con actividades o participando de excursiones. Si no existe una política de puertas abiertas y no anima a los padres a presentarse sin aviso, es probable que tenga algo que ocultar.
Alimentación
Si tienes que preparar en casa el almuerzo de tu hijo, infórmate sobre qué normas tienen respecto a los alimentos. En caso de que proporcionen las comidas, averigua si cubren todos los grupos de alimentos.
Empleados capacitados y motivados
Observa cómo interactúan las cuidadoras con los niños. Deberían ser responsables, entusiastas y estar bien preparados.
Limpio y seguro
Los suelos, las paredes, los pasillos y el área de la cocina deben estar limpios. Además, que estén cercados y cuenten con detectores de humo.
Identificación
Que les pidan las cédulas de las personas que pueden retirar al niño.
Operaciones
Asegúrate de que el recinto tenga licencia y credenciales para operar.
Como podrás ver, buscar guardería no es tarea fácil y como Súper Mamás no quedaremos tranquilas hasta encontrar un buen lugar para que cuiden a nuestros pequeños. A veces sonaremos un poco extremistas, porque ese gusanillo del sexto sentido que hablan y -que solo tenemos las mamás- casi nunca se equivoca. ¡Ahora como te entiendo mami!
Y tú que me lees, ¿te pasó lo mismo? ¿Cómo fue encontrar a la persona o guardería ideal? ¡Cuéntanos tu historia!