Quedar embarazada a los 40 fue un proceso natural

Giselle Guillén es panameña y radica hace años en Estados Unidos. Nos revela su experiencia de ser la orgullosa mama de Sarah.

Texto: Giselle Guillén

¡Hola! Mi nombre es Giselle Guillén y toda mi vida me he dedicado al maravilloso mundo de las artes. Actualmente, resido en Tampa, Florida y soy maestra de Ballet Clásico en Patel Conservatory y Next Generation Ballet, Pre-Professional Program.

 

Hoy, les contaré mi experiencia de ser mamá a los 40 años. Honestamente, quedar embarazada fue un proceso bastante natural, fue algo de la vida, de tiempo y el momento correcto. Fue una alegría muy grande para mí y mi familia. Lo recuerdo como si fuera hoy, visitando con mi mamá el laboratorio y ver los resultados que decían: positivo.

 

Soy la menor de tres mujeres y, en ese momento, la única que no tenia bebé. Solo sobrinos que son muy importante en mi vida y a su vez -sin querer- me enseñaron como ser mamá, ya que muchísimas veces tuve que cuidarlos, atenderlos, llevarlos y traerlos a cualquier tipo de actividades y, actualmente se los agradezco.

 

Les confieso que, en mis veinte no pensaba en casarme, siempre estaba ocupada en el Ballet, trabajo, mi familia, viajando, mis amigos. En mis treinta, conocí a mi esposo, salimos por dos años hasta que me propuso matrimonio y yo acepté. Después de dos años de casados, donde nuestra relación de pareja estaba sólida y ya trabajando en U.S.A., tomamos la decisión de tener un bebé.

 

En realidad, no fue mucha la espera, a los tres meses quedé encinta.

 

En los primeros meses, nunca sufrí de náuseas o vómitos, trabajé e hice ejercicio hasta una semana antes de dar a luz y tuve un parto largo, pero fue natural. Yo solo le pedía a Dios, que mi bebé viniera sano y completo, no importaba el sexo, ¡claro! después nos enteramos que venía una niña.

 

Cuando supe que estaba encinta compré un libro llamado “Que esperar cuando estás Esperando” (“What to Expect when you are Expecting”). Te decía qué comer cada semana, lo seguí al pie de la letra.

 

Por mi edad, tenía más chequeos con el doctor, que una primeriza más joven. Los médicos y nosotros queríamos saber que todo viniera bien, como Dios manda.

 

Para mí ser mamá ha sido una bendición. Es lo más lindo que le puede pasar en la vida a una mujer, yo tuve el privilegio de concebir, pero igualmente son madres las que adoptan o crían. Solo el hecho de ser mamá es un sentimiento que no se compara con nada y un sentimiento que nadie te puede quitar.

 

Ser mamá es el único trabajo en la vida que nunca termina, aunque al final del día estés agotada, sientes una satisfacción de misión cumplida. Te levantas al día siguiente y repites todo sin quejarte.

 

Hoy en día, ser mamá es enseñar el amor a Dios, a la familia, el respeto, el deseo de ayudar a los demás, saber cómo comunicarse, buenos modales, enseñarles el hábito de la lectura.

 

La participación de los padres -hoy en día- es muy importante, estar presente en sus actividades, en sus logros, en sus tristezas, saber valorar y ganarse las cosas. Saber que ellos como niños también tienen deberes (siempre de acuerdo a su edad).

 

Yo comparto muchísimo con mi hija Sarah (a quien le he inculcado dos idiomas: español e inglés). Ya entró al mundo de la Danza y el Teatro, es una excelente estudiante y sigue jugando con muñecas y haciendo videos. ¡Mantenemos una excelente comunicación!

 

Para finalizar, lo único que les puedo decir a las Súper Mamás que están luchando por quedar embarazadas, es que no se preocupen, no se estresen, porque siempre llegará el momento justo. Hoy en día, hay varias opciones para ser mamá, la ciencia está muy avanzada y existen muchos tratamientos. ¡Sigan luchando y no pierdan la fe!

 

 

Abrazos,

Giselle