Escrito por: Karolina Rodríguez
Súper Mamá, el ser mamá y estar soltera puede ser difícil en algunas ocasiones. En este artículo, nuestra Súper Mamá Karolina Rodríguez nos comparte cómo ha sido la pandemia llevando la falda y el pantalón de la casa.
¡Y pasó un año desde que empezamos esta verdadera locura!
Nos acostumbramos a tener una rutina como familia, sobre todo las que somos madres solteras, organizar el tiempo para el trabajo, para seguir nuestra vida lo más “normal” posible, adaptar nuestra casa en escuela, área de juego, gimnasio, etc., fue retador.
Los primeros días de esta pandemia fueron llevaderos. Pero, a medida que pasaban las semanas, era difícil no transmitir el estrés, desesperación, tristeza, ansiedad, y demás emociones que estoy segura que todos sentimos. Y ni digamos mantener a un niño ocupado, trabajar, salir para hacer super, mantener tanto mis emociones como las de mi niño estable.
Llegó el COVID a nuestra casa.
Siempre pensé: “el día que me meta a un hospital en esta pandemia va a ser por un brazo quebrado o una cabeza rota, por todo menos por COVID”. Y, ¡adivina! Llegó el COVID a nuestra casa. Lo traje yo, por mi trabajo, pero estábamos listos y no pasó nada (gracias a Dios).
Fue imposible estar en cuarentena en un cuarto, escuchar a mi hijo preguntar por mí, no poder abrazarlo. Fue horrible y dije: “esto no es para mí”. Hablé con su pediatra y me dijo: “a él no le pasara nada, tranquila” (y de verdad que no se le pegó, con todo y que a sus 3 años aún no está destetado. Sí, mi hijo toma leche materna aún, ya lo estoy destetando no se preocupen jaja).
El uso de las pantallas fue mi arma secreta para sobrevivir. Mi hijo muy poco vio pantallas hasta este año. Lo siento, era eso o me volvía loca. Actividades como cocinar, dibujar, plantar, jugar con agua también fue justo y necesario, mientras trabajaba le dedicaba tiempo a mi niño.
Fue el mejor año de mi vida.
Pero, dentro de toda la locura y retos, fue el mejor año de mi vida. Pude conectar tanto con mi niño. Me di cuenta que sí puedo hacer esto sola (mi mamá fue clave y mi abuelito ni se diga).
Will terminó de aprender a ir al baño solito, habla como un verdadero niño grande, creó mucha independencia para hacer sus cosas. La pantalla tuvo su lado positivo como negativo. Recibió clases presenciales gracias a una amiga que es teacher y afianzó mucho lo perdido.
¡Este año sé que nos irá mejor, mamitas! ¡Ánimo! Ya tuvimos un año donde nos dimos cuenta que somos capaces de hacer más de lo que pensamos. Que todo es ensayo y error ¡SIEMPRE! Solo es cuestión de organizarnos, para tener tiempo como mamás y como mujeres, y así podemos tener una salud mental estable para poder ser todo para nuestros hijos.
Un abrazo y todo mi cariño,
Karo.
¿Qué piensas de la pandemia? ¿Eres madre soltera y te identificas con esta historia? ¿Qué herramientas compartes con otras mamitas para lograr conectar con sus hijos y no perderse a ellas ni a su trabajo en el camino?