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8 hábitos del día a día que ensucian tu cabello

No cambiar con frecuencia las fundas de las almohadas, usar el shampoo equivocado y descuidar los cepillos serán los peores enemigos de nuestro cabello.

Texto: Iranela Sánchez

Por más que nos digan que lavarse el cabello todos los días es poco saludable, lo cierto es que la peor pesadilla para la mayoría de las Super Mamás es tener el cabello sucio. Sobre todo, porque paradójicamente, entre más lo lavemos, más se ensucia.

Así que los expertos en belleza nos dan los trucos necesarios para que el cabello luzca limpio durante más tiempo. ¿La clave? Debes evitar las siguientes rutinas:

Cepillar el cabello desde la raíz

Aunque el cepillado diario es una de las claves para tener un cabello sano, debemos hacerlo únicamente de la mitad hacia las puntas para evitar extender la grasa acumulada en la raíz al resto del cabello. En los días en que no nos lavamos el pelo, como lo ideal es cepillarlo con el pelo mojado, podemos aplicar un serum y cepillar de forma suave, para evitar que se quiebre. Además, debes prestarle atención al cepillo ideal para tu tipo de cabello. Por ejemplo:

Para desenredar, los expertos recomiendan estos cepillos:

  • De cerdas naturales, para cabello fino o normal.
  • De cerdas naturales y de nailon combinadas, para cabellos gruesos o muy largos.
  • De cerdas de nailon, para cabello grueso y áspero

Pero en general, en cuanto menos manipulemos la melena menos se ensuciará. Por eso, aunque no pretendemos que salgas con el cabello de recién levantada, es fundamental que no lo toques, especialmente con las manos, pues la grasa propia de la piel o los restos de cremas y productos lo engrasarán.

Dormir con el cabello suelto

La mayoría de los expertos coinciden en la importancia de recoger el cabello para dormir, sobre todo las que lo tienen largo o las que no paran de moverse en toda la noche. Lo ideal es hacerse una cola de caballo o una trenza suelta, ¡así tendrás ondas manejables al otro día! Por otro lado, es crucial no irse a dormir con el pelo mojado. Por lo que si eres de las que no logra ser productiva en las mañanas y prefieres lavarlo en las noches, asegúrate de secarlo según su textura.

Usar el shampoo equivocado (o darle mal uso)

Cuando tu pelo tiende a ser grasoso lo mejor es evitar los shampoo hidratantes y optar por uno con PH neutro.

Pero no sólo debes ser cuidadosa con el producto que elijas, sino la forma en que lo apliques también hace la diferencia entre el cabello sucio, limpio y sano. ¿Haces dos enjuagues? ¿Cómo lo restriegas? Los especialistas coinciden en que solo hace falta aplicarlo dos veces si el cabello está muy sucio, de lo contrario, si lo lavas con frecuencia es suficiente con solo un enjuague. Además, debes restregar únicamente en el cuero cabelludo, el resto del cabello se limpia con la espuma que se desliza con el agua. Es decir, no es necesario restregar como si no existiera un mañana, estarás haciendo más daño que bien.

Forzar el día extra sin lavarlo

Aunque es cierto que no conviene lavarlo a diario porque se activa la glándula sebácea, tampoco quiere decir que debes evitar lavarlo a toda costa pues el sebo que se acumula en la raíz bloquea la transpiración y “respiración” del cuero cabelludo.

Al fin y al cabo, como cualquier otra parte de tu piel, es completamente necesario lavarla y eliminar las impurezas para que se vea sana.

Descuidar los cepillos

Tal vez no lo habías considerado, pero por más limpio que tengas el pelo, si el cepillo que usas está sucio (porque contiene rastros de productos o acumula la grasa propia del pelo) claramente lo va a ensuciar. Por eso es tan importante cuidar y lavar correctamente los cepillos que usas en el pelo.

Para lavar un cepillo basta con introducirlo en un recipiente con un litro de agua y unas gotas de alcohol o amoniaco durante diez minutos. Luego debes pasarlo por agua y secarlo bien. Esto al menos una vez a la semana, pero también cada vez que lo uses retira todos los pelos que quedan en él.

El miedo sin fundamento a los acondicionadores o mascarillas

La mayoría de las mujeres con tendencia al cabello grasoso han censurado el acondicionador por creer que les ensucia más la cabellera. ¡Pero esto no es cierto! Los acondicionadores y mascarillas son fundamentales para hidratarlo. Sin embargo, la clave está en elegir productos específicos para cabello graso.

Empieza a usar acondicionador con cada lavado y recurre a las mascarillas de vez en cuando para reparar e hidratar a profundidad tu pelo. El truco está únicamente en evitar la raíz, pues además de no ser necesario que el producto llegue hasta esa zona, también lograrás mantener el pelo limpio por más tiempo. Aplícalo de la mitad hacia las puntas, ¡o incluso solo en las puntas! y asegúrate de enjuagarlo por completo para evitar residuos.

Caer en el mito del agua fría

Alguna vez habrás oído el supuesto consejo de belleza (entre muchos más que no debes seguir nunca) que el agua fría hará que tu pelo brille más. Sin embargo, igual que cuando lavas ropa, el agua caliente es lo mejor para eliminar la grasa y la suciedad. Basta de mitos, ¡si el pelo está grasoso es necesario lavar con agua caliente! o al menos tibia.

No cambiar las sábanas o las toallas con regularidad

A lo largo de la noche las sábanas, sobre todo las fundas de las almohadas, se impregnan de sebo capilar. Por eso es necesario extremar la higiene de la ropa de cama.

Con las toallas es un poco diferente, pues cuando las usamos el pelo está recién lavado y limpio. Sin embargo, lo más recomendado es usar una para el cuerpo y otra para el pelo. Y si usaste la toalla para secarte el sudor mientras hacías ejercicio, no la recicles, lávala.

Ya lo sabes mi querida Super Mamá, finalmente puedes dejar de sufrir, ¡ya no tienes que llevar el cabello recogido durante tres días seguidos para evitar que se vea sucio! Y recuerda, no pierdas la paciencia con tu melena.

Y tú, ¿qué rutina o mezcla natural utilizas para lucir una cabellera de impacto? ¡Revélanos tus anécdotas!

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