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Ser hijo único no es tan malo

Se pensaba que serían niños egoístas, difíciles y que tendrían menos práctica manejando conflictos con otros. ¡Qué equivocados estaban!

Texto: Iranela Sánchez

Haz escuchado el repetitivo refrán “Un hijo es ninguno”. Creo que sí y, por muchos años se pensaba que los niños que crecían solos -con adultos siempre pendientes de ellos- tendrían una alta posibilidad de volverse egoístas, que no sabrían compartir ni socializar con los demás. Pues adivina, los estudios muestran otro panorama.

Los psicoterapeutas explican que la soledad que experimentan no siempre es mala y, muchas veces ayuda a fortalecer el carácter llegando así a tener relaciones primarias muy fuertes con ellos mismos.

Con decirles que una investigación realizada por la Universidad de Ohio, que abarcó más de 13.000 niños, encontró que los hijos únicos tienen las siguientes características: igual número de amigos que los niños que tienen hermanos; una inteligencia más alta; mejor ejecución escolar y buena autoestima.

Esto sucede porque los padres lo estimulan más intelectualmente, pasan más tiempo con él y viven en un ambiente enriquecido por adultos.

Por otro lado, criar un hijo único sin excederse en tiempo y atención con él no es tan fácil para los padres. Sin querer, suelen ser muy exigentes con ellos, los presionan constantemente y esto puede volver al niño ansioso y con gran temor al fracaso.

Cabe destacar que, le es más difícil compartir sus cosas, llámense juguetes o ropa, porque tienen el control total sobre los objetos y, al ir a otras casas donde les toca compartir, suelen sufrir más que los niños que tienen hermanos.

Al hijo único que cumple con las expectativas de los padres generalmente le va bien. Pero, al no cumplirlos les invade la decepción o ese sentimiento de culpa.

Es relevante añadir que los hijos únicos no tienen buena tolerancia a la frustración que sí experimentan los hijos de familias extendidas. Estos tienen que adaptarse a la llegada de cada hermano, lo cual les ayuda a desarrollar cierta flexibilidad afectiva y también a aprender a compartir “afectos y cosas”, dando como resultado el desarrollo de un espíritu luchador en la vida.

Sería bueno añadir que ya en la adultez el hijo único sí lamenta mucho no tener hermanos, pues, al crecer y envejecer, cada día se hace más necesaria la compañía de personas que hayan compartido el mismo hogar. Es que la relación con hermanos es la más larga que existe y da mucha estabilidad y seguridad.

Además, los psicólogos han visto en la práctica que los niños con hermanos manejan mejor las situaciones de la vida. Pasar por un divorcio o una pérdida importante en la familia se hace más fácil y llevadero con la compañía de un hermano que siente lo mismo que uno.

En general, sería bueno pensar en tener más de un hijo, pero, como vemos, no es grave ser hijo único después que los padres no caigan en la sobreprotección o el hipercontrol.

Así que ya lo sabes Súper Mamá, la decisión es tuya y debemos conocernos bien para ver si nos va mejor criando un hijo o varios.

 ¿Qué opinas? ¿Te gustaría tener varios hijos o solo te quedas con uno? O si fuiste hija única cuéntanos tu historia.

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