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No le tengas vergüenza a las molestas salidas de orina

Al estar embarazadas -en algún momento- se debe lidiar con la incontinencia urinaria, pero se puede controlar y Súper Mamás te dice cómo.

Texto: Iranela Sánchez

Alguna vez experimentaste que, cuando estabas embarazada, ibas a un restaurante o a cualquier otro lugar y tú buscabas una puerta en particular. Por supuesto que sí, era la del baño de damas. ¿Qué mujer con una barrigota de siete meses no lo hace? Hey, el baño es un templo sagrado para las embarazadas.

Y esto se lo deben a la incontinencia urinaria. Es que el peso de la panza y los movimientos del bebé hacen que se apriete tanto la vejiga que el toser, estornudar, reírnos a carcajadas y hasta escuchar el agua que sale del grifo, provoca involuntariamente goteos de orina.

Sin embargo, no todo es en vano y a Dios gracias existen ciertos consejos que pueden ayudar a la embarazada a prevenir o controlar la ligera incontinencia urinaria. Toma nota:

Rutina

Realiza los ejercicios de Kegel para fortalecer los músculos de la pelvis.

Pon atención

Si has comprobado que los escapes se producen al toser o estornudar, intenta cruzar las piernas o realizar los ejercicios de Kegel cuando notes que vas a hacerlo. También si vas a levantar peso o algún esfuerzo momentáneo.

Alimentación

Evita alimentos y bebidas irritantes para la vejiga como el café u otras bebidas con cafeína, cítricos, chocolate, tomates, alcohol.

Infecciones

Toma las precauciones necesarias para evitar las infecciones urinarias. La cistitis es más frecuente durante el embarazo, pero podemos prevenirla precisamente evitando los alimentos antes mencionados y manteniendo una higiene adecuada.

Dile ‘NO’

Evita a toda costa el estreñimiento, ya que las heces duras pueden presionar la vejiga y hacerla más “vulnerable” a los escapes. Introduce abundantes alimentos ricos en fibra y una buena hidratación en tu día a día. De este modo evitamos hacer grandes esfuerzos para evacuar, lo cual puede debilitar la musculatura pélvica.

Control

Controla el aumento de peso, ya que un peso excesivo aumenta la presión sobre la vejiga (entre otros riesgos para tu salud y la del bebé).

No obstante, se debe consultar al médico cuando: los goteos de orina se presenten antes del primer trimestre de gestación; si los goteos de orina persisten después de 6 semanas del parto; cuando los problemas de control de la vejiga aparecen meses o años después del parto.

En definitiva, no te preocupes si sufres pérdidas leves de orina durante el embarazo, son normales y terminarán después del nacimiento de tu bebé. Lo más importante es prevenirlas y controlarlas, para que te sientas más cómoda y protegida.

Y tú Súper Mamá, ¿experimentaste una situación igual? ¡Coméntanos!

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