Lo más importante es armarte de paciencia, ser consistente y no ceder. Recuerda que ningún hábito se aprende de la noche a la mañana. Del colecho a la cama.
Texto: Iranela Sánchez
El colecho es beneficioso para hijos y padres. ¿La razón? Todos duermen mejor.
Sin embargo, después de algún tiempo nos atacan diversas dudas como: ¿Hasta cuándo? ¿Cuándo pasar al niño entonces a la cuna o la cama? ¿A los tres meses? ¿A los seis? ¿Al año? ¿Nunca? Creo que más de una se sentirá identificada con este escrito.
Conozco madres que han puesto a dormir a su bebé en una habitación apartada desde los primeros días. Según los expertos este método no es recomendable hacerlo antes de los tres meses. El riesgo de muerte súbita, de atragantamiento y el riesgo en general de que le pase algo mientras dormimos es alto, así que no, no es antes de los tres meses.
Dejar el colecho al año de vida
Después de los seis meses, otra barrera psicológica son los doce meses, el año de vida. Duermes con tu bebé hasta el año y la presión social empieza a ser asfixiante. Nadie entiende por qué lo haces, te dicen que eres blanda, que estás haciendo algo muy negativo con tu bebé y que debes pasarlo ya, o no se irá nunca de la habitación.
Al año, algunos bebés ya son capaces de dormir bastante bien durante la noche, aunque muchos aún se despiertan. Si un niño duerme bien, los padres consideran que ya es momento de pasarlo a la habitación y si el niño lleva bien ese cambio: adelante. Si en cambio el niño llora y está inquieto cuando está solo es porque no se siente seguro. La explicación es muy simple: una de las razones por las que los niños duermen mejor con los padres es porque se sienten más tranquilos. Si estando solos se despiertan más es porque se sienten inseguros y aún están muy pequeños para irse.
Muchos padres quieren que sus hijos duerman solitos en su cuarto, pero esta tarea no siempre es fácil. Debes tener mucha paciencia, porque un hábito no se quita de la noche a la mañana. Algunos consejos para que tu niño duerma en su cama son:
Escojan un día tranquilo para comenzar y sean consistentes
Los primeros que tienen que estar preparados para el cambio son los padres. Escojan un tiempo que les sea conveniente para comenzar. No empiecen el proceso en medio de una época de mucho trabajo porque se sentirán doblemente abrumados.
Una vez decidan comenzar, no se echen para atrás. Lo más importante al introducir cualquier cambio en la vida de un niño es la consistencia. Si ven que no somos consistentes, continuarán probando para ver en qué punto cedemos. Así que ármense de paciencia y voluntad y ¡adelante!
Establezcan una rutina consistente de buenas noches – la clave del éxito
Las rutinas ayudan a los niños a sentirse seguros y a sentir que tienen cierto control sobre su mundo. Al hacer las cosas una y otra vez, pueden predecir lo que va a pasar. Por ejemplo, si siempre se lavan los dientes, ponen el pijama, leen una historia y se van a dormir, comprenderán que el proceso les ayudará a predecir los acontecimientos de su entorno y a aceptarlos con más facilidad.
Preparen un libro con su rutina de ir a dormir
Tomen fotos, hagan dibujos y preparen uno con la rutina de ir a dormir de sus hijos. Hagan que ellos participen en el proceso. Cuéntenles que van a hacer un libro acerca de la hora de ir a dormir, pídanles que escojan un título para el libro, que les cuenten qué hacen cada día antes de ir a la cama, etc. En cada página pongan un solo paso. Por ejemplo, me lavo los dientes, me pongo el pijama, etc. Los libros ilustrados son atractivos para los niños. Si pueden hacerlo con fotos reales, tendrán más éxito. Empieza a leerle el libro una semana antes de iniciar el cambio de dormir en su cuarto. A medida que lean el libro, tu pequeño irá comprendiendo los pasos y los acontecimientos que van a suceder.
Pongan un colchón al lado de la cama o pasen directamente al cuarto del niño
Algunos niños y padres prefieren hacer la transición gradual, poniendo un colchón en el suelo del cuarto de los papás y pasando de dormir allí a dormir al cuarto. Otras familias prefieren pasar directamente al cuarto del niño y promover dormir en su cama. Esta decisión es individual.
Para finalizar, este proceso no será nada fácil. Queda armarse de paciencia. La primera noche, es probable que el niño se pase a la cama de los papás. Acompáñenlo de vuelta a su cama, tantas veces como sea necesario. Si ceden y lo dejan dormir en su cama de nuevo, aprenderán que si insisten lo suficiente, al final los dejarán dormir con mamá y papá. ¡Haz la prueba!
Y tú, ¿cómo lograste que tu hijo durmiera solo en su cama? ¡Coméntanos!