¿Cómo empezar mi banco de leche en casa?

Siempre nos preguntamos cómo debemos empezar nuestro banco de leche en casa y cuándo sería el tiempo oportuno. La idea es iniciar cuando estemos preparadas, dispuestas y tengamos una razón.

Texto: Iranela Sánchez

El objetivo principal para realizar un banco de leche es que nuestro bebé tenga leche en el caso de que mamá esté ausente ya sea por motivos laborales u ocasionales. Las extracciones se planean según el tiempo en el que vamos a estar separadas de nuestro bebé.

Una mamá que ingrese a un trabajo de tiempo completo posiblemente tendrá que realizarse un mayor número de extracciones que una mamá que solo se retira esporádicamente, unas cuantas bolsas o frascos bastarán.

Es importante que, antes de iniciar la extracción debemos estar relajadas y confiadas. Recuerden que nuestro estado de ánimo, nuestra disposición y actitud pueden afectar enormemente la acción de la oxitocina.

Que debo saber para empezar mi banco de leche en casa

• Al principio puede que no salga mucho o incluso nada. TRANQUILA, tu cuerpo apenas produce lo que necesita tu bebé y la idea es empezar a aumentar la producción de manera gradual, por estimulaciones y gracias al correcto vaciamiento de los pechos.
• Aprende muy bien las distintas formas de extracción de leche, ya sea manual o mecánicamente.
• Siempre se recomienda que toda mujer aprenda a extraerse la leche con sus manos porque esto da la oportunidad de conocer mejor sus senos. Cuando se aprende correctamente esta técnica verán que es lo bastante efectiva para vaciar casi por completo el seno.
• Una mala técnica puede generar desde frustraciones hasta problemas como mastitis.
• Si ingresas a un trabajo de tiempo completo debes empezar mínimo dos semanas antes, aunque si no eres experta es mejor que lo hagas por lo menos un mes antes.
• Hay que ser cuidadosas y NO permitir que lleguemos a una sobreproducción. Es delicado tanto para ti como para el bebé.
• En caso de tener exceso de producción se deben suspender las extracciones y solo extraer para liberar tensión.

 

¿Cómo es el procedimiento? Consejos para almacenarla

 

1. Los recipientes siempre deben ir marcados con el nombre del bebé -si hay más de uno en la casa-, fecha y hora de la extracción.

 

2. Para refrigerar la leche materna envasada también se recomienda seguir algunos parámetros. Uno de ellos es ubicar los recipientes en el fondo de la nevera y no en la puerta, porque allí pueden afectarse por los cambios de temperatura. De esta forma, la leche puede durar hasta ocho días. Dependiendo del tipo de congelador (si está arriba de la nevera, en una puerta independiente o es industrial) la leche se conserva entre dos semanas y cinco meses.

 

3. Para descongelar esa leche lo ideal es llevarla primero a la nevera y mantener la cadena de frío. No se puede poner a calentar directamente en el fuego y nunca en el microondas. Puedes hacerlo en baño de María o usando un calentador Philips AVENT.

 

4. La leche descongelada no se puede volver a meter en el congelador. Lo mismo pasa con la que se calienta y el bebé no toma. Por eso, tenga en cuenta la cantidad de leche que el bebé toma, para calentar la necesaria y no desperdiciar.

 

5. La leche materna no está pasteurizada ni homogeneizada, por eso cuando se almacena se separan el suero y la grasa.

 

6. Si hace extracciones en el trabajo, no las ponga cerca de fuentes de luz o calor, como computadores.

 

 La temperatura es lo más importante, aquí te aclaramos cuanto puede ser conservada la leche de acuerdo a la temperatura en que está.

• LECHE A TEMPERATURA AMBIENTE
• A 15 ºC: 24 horas
• A 19 – 22 ºC: 10 horas
• A 25 ºC:  de 4 a 8 horas

 

• Refrigerada entre 0 y 4 ºC: de 5 a 8 días

 

• LECHE CONGELADA 
• En un congelador dentro de la misma nevera: 2 semanas.
• En un congelador que es parte de la nevera, pero con puerta separada: de 3 a 4 meses. (La temperatura varía según se abra la puerta).
• En un congelador separado, con temperatura constante de -19 grados C : 6 meses o más.

 

Preparémonos antes de la extracción

• Lavemos previamente nuestras manos con agua y jabón.
• Hacer un masaje en los pechos con el objetivo de estimular la glándula y activar el reflejo de eyección. Así estimulamos nuestro cuerpo a producir oxitocina.
• Debemos estar tranquilas y confiadas en nosotras mismas.
• Hacerlo en un sitio cómodo e higiénico.
• Si no estamos cerca de nuestros bebés podemos ver una foto para así estimular nuestro sistema neuro-hormonal.

Momentos claves para extraernos la leche

Tips que ayudan a aumentar ligeramente la producción y empezar nuestro banco de leche en casa.

1. Cuando el bebé mame de un lado aprovecha el reflejo de eyección del otro pecho y extráete. Solo debes colocar un frasco recolector de leche, extraerte con una mano o un sacaleches.
2. A los 10-20 minutos después de las tomas de tu bebé, se genera un pico de prolactina que estimula una nueva síntesis de leche, esto ayuda a producir un poco más y junto al vaciamiento del pecho, ayuda a aumentar la producción.
3. Cuando sientas los pechos llenos o sientas una bajada de leche, puedes aprovechar para extraerte. No es recomendable dejar los pechos sin descargar en momentos de recolección.
4. Si por algún motivo tu bebé duerme, saliste de casa y llevas tres horas sin descargar el pecho, es un tiempo oportuno para recolectar leche. Para ello puedes cargar con tu nevera portátil y las botellas recolectoras de leche, y si es el caso, un sacaleches.
5. Durante la madrugada las mujeres tenemos altos los niveles basales de prolactina y nuestros pechos tienden a estar llenos. Si tu bebé duerme y te levantas con los pechos a reventar, puedes aprovechar para extraerte una cantidad considerable de leche lista para almacenar. Al principio puede ser un poco agotador, sin embargo, te acostumbras.
6. Si por alguna razón estás suplementando a tu bebé aprovecha su toma para extraerte y hacerle ganancia a cada gota de leche.

Ya lo sabes Super Mamá, toda leche debe ser almacenada y conservada según su uso. Recuerda revisar las recomendaciones que te mencionamos en párrafos anteriores.

Y tú -en algún momento- ¿armaste tu banco de leche en casa? ¡Cuéntanos!