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¿Cómo ayudar a los hijos a tener éxito en el año escolar?

ÉXITO ESCOLAR

Los padres que apoyan a sus hijos como estudiantes, contribuyen en forma significativa a su éxito académico. ¿Cómo lograrlo? Mira los consejos de la especialista Victoria Benarroch.

Texto: Victoria Benarroch

 

La globalización y las comunicaciones nos ofrecen nuevos retos a la hora de ser padres. Observamos en las redes y en la realidad no virtual la formación de grupos de madres, padres, familias, instituciones y organizaciones con responsabilidad social que trabajan en equipo para compartir experiencias y conocimientos y apoyar la educación.

En la actualidad, los padres se preguntan cómo ayudar a sus hijos a tener éxito en la escuela. La pregunta en sí misma nos habla del cambio sólido que hay en relación a la influencia que tiene la familia en la educación.

El termino éxito proviene del latín exĭtus, que significa salida, el éxito entonces se refiere al resultado final y satisfactorio de una tarea. El éxito escolar es un concepto complejo, depende de múltiples dimensiones entre las que se entrelazan, la historia personal y escolar; con la idea de lo que es ser un buen estudiante.

Los estudios señalan que para el éxito es determinante el modo en que cada persona construye su sentido de si mismo, es decir su identidad. Es por ello que el trabajo del sentido de identidad es esencial para el aprendizaje de nuestros hijos. La identidad se construye de acuerdo a las experiencias familiares, sociales y en la escuela, no solo con los modelos pedagógicos y las relaciones con el profesorado, sino a través de los discursos sociales y de los mensajes que estos trasmiten. De allí la importancia de hacer conscientes los mensajes que estamos trasmitiendo a nuestros hijos y la forma en que los interpretan.

Si entendemos por éxito escolar solamente que nuestros hijos obtengan buenas calificaciones, no nos encontramos en el camino correcto. Las buenas calificaciones son importantes, sin embargo, lo fundamental es observar e intervenir en lo que sucede durante el proceso; en cómo es el proceso de aprendizaje, en los esfuerzos que hace el niño, en su capacidad para solicitar ayuda, en la manera de relacionarse con los docentes, con los contenidos y con las materias.

El éxito escolar en las etapas iniciales se relaciona directamente con la capacidad de vincularse sanamente a los padres, a los docentes y a las experiencias de aprendizaje; con la capacidad para superarse a sí mismo en lo cualitativo (calidad) y cuantitativo (calificaciones), con el placer que sientan nuestros hijos en aprender,  con la  necesidad de superarse, con la bùsqueda y encuentro de las propias herramientas para construir conocimientos y llevar a la acción los planes, soluciones y metas propuestas.

Es prioritario para el rendimiento escolar la calidad del vínculo que se establece con el estudio, el sentido de identidad, la autoestima y la motivación. Estos factores y otros relacionados con ellos, influyen de manera fundamental en el rendimiento.

El éxito o el fracaso escolar no es solo cuestión de estudiar más o menos, depende de que el niño cuente con las condiciones necesarias para tener un aprendizaje efectivo y feliz. Profesores, padres e incluso amigos juegan un papel importante en este proceso.

Prepararnos para reflexionar, entender estos temas y proporcionar a nuestros hijos las condiciones adecuadas, es vital si queremos garantizar el rendimiento escolar y el “éxito” académico durante la primaria y en general en la escuela.

De acuerdo a los estudios realizados los factores o tips a desarrollar para el buen rendimiento son:

  1. La motivación: Es el esfuerzo que nuestro hijo está dispuesto a hacer para conseguir algo, es el impulso positivo que sostiene la fuerza de la acción y señala su dirección.

La motivación intrínseca y externa es la que viene del niño, de su manera de percibirse y conocer sus debilidades y fortalezas, de su capacidad de explorar, de atreverse a emprender tareas nuevas y tolerar la frustración para poder, desde ella, aprender, rehacerse y crecer.

Durante la educación inicial, los niños y niñas aprenden mediante diversidad de actividades en las que abundan los juegos. Estos, son la clave de cómo motivar a los niños para explorar, observar, conocer y conocerse. Cuando los niños de tres años comienzan a dar forma a sus garabatos, en un intento de “escribir” algo, lo más conveniente es que la maestra no les corrija, que no les diga que está mal, incluso, es muy importante que les alaben para sembrar el entusiasmo de sí puedes, que bien lo haces, sigue adelante.

A lo largo de la educación primaria, lo que está bien y lo que está mal en el aprendizaje sufre procesos de transformación y construcción en el que van cambiando tanto las percepciones de los alumnos sobre los resultados de sus esfuerzos, como el tipo de información que los profesores y padres les devuelven sobre ellos.

Durante la educación parvularia y la de primaria, lo importante es que el el niño socialice, disfrute y se integre. En el Segundo ciclo de primaria, las demandas académicas se centran en el dominio de la lectoescritura y el cálculo, entonces los alumnos van pasando de disfrutar, a tener que hacer. Esta etapa debe ser apoyada por los mensajes positivos para acompañar a los hijos a que aprendan a ver “lo agradable de hacer lo que tienen que hacer”. Los padres debemos seguir realizando actividades con ellos donde se incorpore el juego. Jugar con ellos y comunicarnos, escucharlos, es la mejor forma de acompañarlos durante esta transición.

Es importante antes y durante esta etapa, evaluar si existen aspectos cognitivos, psicológicos u otros, en los cuales los niños se han quedado retrasados para poder intervenir a tiempo, regresar a ellos y ayudarlos a nivelarlos con ayuda de profesionales idóneos o con el apoyo de los familiares preparados en el hogar. De esta manera podemos prevenir  en el futuro problemas de aprendizaje.

Son numerosos los estudios que aportan datos para sostener la hipótesis de la relación existente entre motivación y rendimiento. Por ello, es importante conocer los factores que influyen en la motivación para el aprendizaje en el contexto escolar, para poder influir y saber transmitírselos a nuestros hijos en cada oportunidad que tengamos.

Los aspectos claves a tener en cuenta a la hora de proporcionar a los hijos un feedback realista sobre los resultados de su aprendizaje para mantener su motivación son:

  • Fomentar la capacidad de reflexionar sobre el estilo propio de aprender y sus resultados para crear estrategias que resulten adecuadas, de esta manera el niño no percibe que tiene falta de control. Esto aumenta la autoestima porque es producto de la autorregulación, de sus desiciones y reflexiones.
  • Comunicar las expectativas de manera coherente:Debemos cuidar el lenguaje corporal para que no se contradiga con el verbal, y tratar de describir los resultados con amor, cariño, más que aportar sólo elogios o críticas.
  • Evitar emitir elogios sin motivos. Es efectivo indicarle a tu hijo el progreso, explicando la evidencia que apoya ese elogio, como recompensa a su esfuerzo, lo que tiene un efecto positivo sobre su motivación intrínseca (la que proviene del interior).
  • Trabajar el valor real del éxito, intentar que comprenda que es importante los pasos superados hacia una meta y que los errores son fallas que se pueden resolver. Atribuir los éxitos o fracasos a las causas objetivas como por ejemplo a la dedicación, evaluando juntos, què pudo haber ocurrido desde lo real y emocional.La alta autoestima: Para desarrollar el sentido de seguridad es importante lo que nuestro hijo crea de sí mismo. Este concepto se va construyendo en los primeros años de la vida. Por esta razón, si nuestros hijos crecen en un ambiente en donde los familiares, profesores o allegados tienen expectativas positivas sobre él, crecerá y se formará con conceptos tendientes a lo positivo y su rendimiento escolar será exitoso. Ello se garantizará aún más si hay buena comunicación. Los padres pueden hablar de los resultados obtenidos en función no solamente de sus expectativas, sino principalmente desde las expectativas del niño, del esfuerzo realizado según el caso.
  • Docentes preparados en lo académico, en lo emocional de manera integral. Para comprobar que tenemos buenos docentes, hay que cerciorarse de que ellos se preocupan por estimular la autoestima de los estudiantes; no los culpan de los fracasos escolares, sino que tratan de indagar las causas; no los ridiculizan ni dejan que otros lo hagan; mantienen a los padres al tanto de lo que sucede y hacen sus clases amenas.
  • Padres y cuidadores preparados: Es importante la preparación emocional de los padres y cuidadores. Lograr entender el peso que tiene estar bien consigo mismo, crecer día a día, aprender para conseguir acompañar según las necesidades reales de los hijos y no en función de las nuestras particulares. Ello implica una toma de cosciencia y muchas veces la búsqueda de asesoría para padres. Los padres y cuidadores también deben ser capaces de apoyar el desarrollo de una autoestima sana; no humillarlos, no etiquetarlos y no compararlos con los hermanos; aceptarlos y valorarlos.
  • Tiempo para estudiar: Tiempo suficiente y de calidad para estudiar en casa como fuera del aula. Es importante coordinar el tiempo para que los niños tengan calma a la hora de cumplir con los deberes y estudios, ajustar los horarios de acuerdo a sus caracterìsticas individuales y situaciones familiares particulares. Son importantes las actividades complementarias para permitir a nuestros hijos relacionarse con el medio y explorar sus habilidades: realizar obras de teatro, participar en campeonatos deportivos, observar la naturaleza, jugar libremente con amigos etc.
  • Ser escuchados: Los niños necesitan ser escuchados, no requieren de adultos que a toda hora los estén bombardeando con preguntas sobre sus deberes. Es importante conversar acerca de cómo les ha ido en clases y sus sentimientos, acerca de lo que aprenden y lo que desean saber, revisar sus cuadernos para ver qué les enseñaron y qué mensajes enviaron sus maestros.
  • Familia y colegio, en comunicación: Es importante que padres y profesores tengan una comunicación constante para que intercambien opiniones sobre el niño y no se contradigan; también para que exploren soluciones en conjunto y desarrollen sus habilidades, incluso cuando el niño presente dificultades es conveniente superarlas desde sus fortalezas. La manera en que los padres se expresan de la escuela puede influir en sus percepciones de manera negativa o positiva; esto no quiere decir que los padres no sean críticos respecto a situaciones de la escuela, sino que haya autocontrol y respeto frente a la manera de afrontar situaciones, que seamos capaces de escuchar al niño y chequear con la escuela para buscar soluciones. 
  • La lectura: Es importante motivar al niño a comprender lo que lee, que tenga propósito de hacerlo para conocer, conocerse y sentirse a gusto porque lectura es la base de cualquier aprendizaje. Un niño que lee correctamente entiende lo escrito en los textos escolares, lo que le preguntan en sus exámenes y lo que encuentra en las redes. Es además la oportunidad para ayudarlo a desarrollar el pensamiento reflexivo. Si los padres leemos, los llevamos a ferias y librerías, cuentacuentos y el niño tiene a su disposición material interesante para leer, estaremos sembrando la semilla para el éxito escolar.
  • Buena biblioteca. Además de contar con los útiles escolares que le exigen en el colegio para que pueda cumplir con las tareas, es importante contar con material de lectura en casa, como revistas y libros adecuados para su edad; libros que le gusten; también que vaya a la biblioteca. Desde los 2 años puede ir a ver textos, videos o escuchar música y participar de actividades artísticas. Es importante enseñar a buscar información en las redes, a elegirla y a discernir; el acompañamiento en este aspecto es esencial para prevenir deformaciones e interpretaciones que afecten el desarrollo emocional y el aprendizaje.
  • Inicio de la escolarización y formación desde el hogar: La educación parte del hogar, allí se encuentran los cimientos, desde el vínculo materno y familiar; desde “la memoria del corazòn”. Los niños pequeños que tienen padres que los escuchan, les hablan sobre temas que los afectan y les interesan, comparten con ellos opiniones sobre mundo y les enseñan buenos hábitos, respetan sus ideas y formas de pensar enseñando al niño a reflexionar, tienen mayor éxito escolar. En los más pequeños, algunos estudios demuestran que cuando los niños no son motivados a participar en una conversación suelen tener problemas al aprender a leer. Además, los que no han aprendido a escuchar tienen problemas para seguir instrucciones o prestar atención en clase. 
  • Importancia de los amigos. Los compañeros tienen gran influencia en la formación de valores y comportamientos de niños y jóvenes; por eso es recomendable que tanto padres como profesores aprovechen eso a favor. Por ejemplo: darles libertad para estudiar, hacer trabajos con amigos; fomentar la amistad.
  • Tareas productivas. Son aquellas que el niño entiende para qué son, se pueden realizar a partir de las enseñanzas recibidas en clases, en las actividades extracurriculares, en la casa y requieren materiales acordes con su edad, nivel emocional, nivel cognitivo y posibilidades económicas.
  • Espacio adecuado: En casa debe haber un lugar cómodo, particular para hacer las tareas; un escritorio con buena iluminación, sin distractores como televisor, radio o videojuegos e incluso hermanos pequeños revoloteando. Es necesario que tenga un horario para realizarlas, desarrollar la noción temporal y los hábitos de estudio.
  • Motivar a los niños a aprender es una labor de padres, maestros y cuidadores. Parte desde nuestra propia motivación a entusiasmarlos y que vean que aprender, estudiar es su trabajo “agradable” que los conduce a la diversión, retos y superación de obstáculos. Ser creativos en este sentido es esencial.
  • La comunicación es la base del buen desarrollo psicosocial, la expresión de los sentimientos e ideas ayuda a los niños en su desempeño académico, porque los hace sentirse tomados en cuenta y por lo tanto motivados.
  • La organización del tiempo y el espacio ayudan al buen rendimiento escolar porque da paso a los límites, al espacio individual para estudiar, para encontrarse consigo mismo y programarse en función de las metas.
  • Desarrollo de la atención y la memoria: Desde tempranas edades es posible intervenir para que los niños inicien actividades destinadas a la observación, atención y retención. Si este proceso se comienza antes de la primaria y se continúa reforzando con ejercicios y actividades específicas los niños lograrán mejor desempeño escolar. Las actividades artísticas, las manualidades, los juegos de mesa, los deportes como la natación, el ballet, la gimnasia y otras desarrollan y refuerzan el proceso de atención.
  • Creatividad: La capacidad de crear está asociada con el pensamiento crítico el cual es necesario para desarrollar la capacidad de aprender, por lo tanto, desarrollar la creatividad, ayudará al rendimiento escolar.
  • Las capacidades necesarias para llevar a cabo las actividades de aprendizaje y el entorno adecuado. El rendimiento en última instancia supone entonces el logro de metas valoradas personal o socialmente en un contexto determinado, por lo tanto, requiere una persona capacitada que sepa aprender, motivada que quiera aprender, y un ambiente que proporcione las fuentes, apoyos y recursos necesarios para facilitar el logro de las metas.

Los padres que apoyan a sus hijos como estudiantes, contribuyen en forma significativa a su éxito escolar, sin embargo, a pesar del interés y preocupación de los padres para apoyar el rendimiento de sus hijos, la realidad demuestra que, gracias a los problemas cotidianos, la velocidad en la que vivimos por la crisis económica actual que lleva a los padres a trabajar muchísimas horas, unido con el tema de las comunicaciones por las redes; los padres y madres no siempre logran tener el tiempo para detenerse a mirar y percatarse de los problemas particulares de sus hijos, para ver los textos y tareas y para conversar en paz con ellos.

Los padres que atienden la escolaridad de sus hijos, están a la disposición para trabajar con ellos y están en contacto con los maestros, crean el mejor eslabón para el triunfo académico de sus hijos. Dentro de la escuela primaria, el docente necesita trabajar junto con los padres para que el alumno tenga una formación con bases más sólidas que le permitan las actitudes y aptitudes que refuercen su interés en los estudios, ahí radica la importancia de que los padres enfoquen su atención al aprendizaje de sus hijos, y dejen de colocar en la escuela toda la responsabilidad, ya que esta nunca podrá reemplazar a los padres, ni pretender educar integralmente a los alumnos sin la cooperación de ellos y de los maestros.

En la actualidad, con los padres ocupados y los niños que no cuentan con la atención que requieren, en ocasiones, se descuida el rendimiento escolar. Los hogares que carecen de una motivación positiva hacia el estudio y una adecuada organización en el proceso de orientación al niño, crean estudiantes desorganizados o sin el interés por el estudio.

Es importante entonces fomentar que los padres soliciten apoyo psicoeducativo ante cualquier observación o duda que tengan. No cerrar los ojos ante ello y consultar a profesionales capacitados para que los acompañen con la finalidad de monitorear el desarrollo integral de sus hijos, ayudará a evaluar dónde están las debilidades y fortalezas de su hijo, a intervenir y prevenir a tiempo cualquier desajuste que exista. La clave es la comunicación honesta y atender las sugerencias de la escuela a tiempo para intervenir cuando sea necesario, desplegar su amor, crecer y ayudar a crecer a sus hijos hará niños más felices y con mayor éxito en lo académico.

 

Abrazos,

Victoria Benarrroch.

2 Comments

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    • Hola querida Super Mamá

      Muchas gracias. Por supuesto, el teléfono de Victoria Benarroch es el 6558-7388.

      Saludos cordiales y gracias por ser una Super Mamá.

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