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Gemelos en acción, ¿lactancia a la vez?

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Nuestra Súper Mamá, Kathleen Fernández, nos relata su experiencia de tener gemelos y nos brinda consejos para salir de apuros.

Texto: Kathleen Fernández

Muchas personas que me conocen saben que toda la vida -bueno realmente cuando me preguntaban si quería tener hijos algún día- siempre decía que quería tener gemelos. Era mi sueño, y muchas veces lo decía de manera afirmativa: “yo voy a tener gemelos”, claro nunca pensé que realmente fuera así.

Cuando me enteré que estaba embarazada, me tomó de sorpresa. No lo esperaba en ese momento, estaba llena de nervios y no tenía idea de nada. Sin saber lo que me esperaba, así que programé mi cita de inmediato y, al día siguiente fui con mi doctor. No dormí en toda la noche de lo ansiosa que estaba por saber cuál era mi estado.

Cuando recibí la noticia de los gemelos

Cuando mi doctor me revisó, me dijo que ya tenía casi tres meses de embarazo y yo ni sabía. Pero esa no era solo la única sorpresa; recuerdo clarito cómo me lo dijo: “Kathleen y no es uno, mira son dos, vas a tener dos bebés”, jajajaaj yo de verdad que no lo podía creer, aún estaba en shock.

Estaba súper contenta, no lo podía creer, y desde ese momento mi vida cambió totalmente. Veía todo de otro punto de vista, muchas amigas y mi mamá me decían: “cuando seas madre te va a cambiar la vida” y uno no lo cree, pero es cierto.

Ciertamente, sí es duro. Los primeros quince días de nacidos fueron los más pesados para mí, porque en ese tiempo los bebés necesitan comer cada dos horas. Sentía que los días pasaban y no descansaba para nada. Cuando terminaba con uno mientras el otro dormía, acostaba al que estaba comiendo y cuando pensaba que podía descansar algo, ya mi otro bebé estaba pidiendo su tetita, jejee y así me iba todos los días y cada vez era más agotador.

Las primeras semanas amantando

Recuerdo que, en las primeras semanas de estar amantando, mis pezones se me irritaron súper rápido, y me dolían demasiado, hasta con el agua al bañarme me dolían, y como estaba empezando aun no tenía lo suficiente para ordeñarme. Así que si quería seguir dándole lo mejor a mis hijos me los tenía que seguir “pegando al pecho” como se dice y soportar el dolor de mi pezones, pero créanme que el amor es tan pero tan grande, que por más irritados que estuvieran, no me importaba, porque era lo mejor que yo les podía dar a ellos y sentir esa conexión valía totalmente la pena.

Pararon los días y fui buscando la manera de adaptarme a sus necesidades y que me sirviera para poder hacer cosas básicas como: comer, bañarme, y dormir un poco… tenía que organizarme para poder cumplir con mis hijos.

Había visto esas fotos súper lindas de mamás amamantando a sus gemelos a la vez y decidí que todo fuera al mismo tiempo como realmente debe ser con gemelos; todo por 2; así quecomían y dormían a la vez (actualmente es así).

Luego, cuando estaban más grandesitos, era mucho más difícil amamantarlos, así que mientras a uno le daba directo del pecho, otro tomaba la leche que tenía ordeñada en el biberón con la ayuda de mi esposo o algunas de las abuelas. No fue difícil alternarlos del pecho al biberón.

Lactancia a demanda

Esto es algo que recomiendo muchísimo, yo sé que lo mejor es la Lactancia a Demanda(cada vez que el bebé lo pida), pero con gemelos, sí tenemos que organizarnos; crear rutinas y practicar la Lactancia a oferta,es decir, no esperar que los bebés tengan hambre, lloren y pidan su tetita, sino ofrecerles la comida y así acostumbrarlos a sus rutinas alimenticias para que los días no se conviertan en una sucesión interminable de tomas; como me pasó los primeros 15 días.

El crearles su rutina, me ayudó mucho incluso en las noches. Me alternaba con mi esposo, ya que durante la madrugada era quien se levantaba y le daba la tetita (la leche materna en el biberón) a los dos a la vez. Y los volvía a dormir para que de esta manera yo pudiera descansar y así atenderlos durante el día.

Cabe destacar que, si nos dedicamos a atender a uno y luego atender al otro, no vamos a tener tiempo para nada. Así que nos toca programar todo a la vez, como les mencioné anteriormente. Es un trabajo fuerte, más no imposible y créanme poder estar con los dos a la vez es lo mejor. Disfruto de dormirlos, darles de comer, bañarlos y de jugar con los dos al mismo tiempo.

Mi consejo para todas las Súper Mamás es que disfrutemos al máximo cada etapa de nuestros hijos. El tiempo de lactancia es de mucho trabajo, pero realmente es el gesto de amor más grande que puede existir entre madre e hijos. Esa conexión es inexplicable.

No perdamos la calma, pidamos ayuda. Muchas veces creemos que no la necesitamos, pero no tengamos miedo a pedirla, necesitamos apoyarnos con los familiares cercanos. Además, la leche materna tiene tantos beneficios que vale oro, no lo desperdiciemos y disfruten de ese momento que solo se vive una vez.

Abrazos,

Kathleen

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