Se recomienda que cuando cumplan un año es el mejor momento para ir al odontólogo.
Texto: Iranela Sánchez
Cada vez, se ven más niños muy pequeños con problemas de caries. Por eso, los odontólogos recomiendan, por un lado, iniciar la higiene bucal a edad muy temprana, incluso, antes de que aparezca el primer diente y, por otro, acudir al dentista por primera vez cuando el bebé cumpla su primer año de edad.
Al cumplir su primer año, visita al dentista
Hace años, la recomendación de los pediatras era realizar la primera revisión dental cuando la dentadura de leche, compuesta por 20 dientes, estuviera completa, es decir, alrededor de los tres años. Sin embargo, la presencia de caries en los preescolares y la aparición en niños menores de 3 años de otros problemas asociados a la primera dentición han forzado a los especialistas a cambiar la recomendación a los 12 meses, en función de establecer medidas preventivas. Tras la primera revisión, los controles se deben realizar, si todo va bien, una vez al año.
El profesional le hará una revisión de dientes y encías, verá si existen caries del biberón, se evaluarán posibles problemas como mordida cruzada, abierta o alteraciones de crecimiento y, seguramente, iniciará un historial sobre los antecedentes médicos y dentales del niño. Es el momento de corregir a tiempo malos hábitos e introducir desde temprano buenos hábitos de limpieza.
Cuando llegue el momento de acudir al dentista, los padres deben esforzarse por transmitir a su hijo una sensación de confianza y de seguridad. Es necesario que entre el niño y el dentista haya una buena relación y no se creen miedos o temores desde el principio. Por ello debes hacer lo siguiente:
No esperes a que tus hijos les duelan los dientes para ir al dentista
Intenta ir antes, cuando no lo necesiten, con el fin de que el niño no asocie el dentista con el dolor de dientes y queden marcados por esa mala experiencia. Si lo llevas cuando le aparezca su primera caries será muy difícil quitarle el miedo en el futuro.
Intenta que la primera consulta sea por la mañana
Así, el niño tendrá una mejor predisposición, por las tardes están más cansados. A los niños las esperas se les hacen eternas.
Habla con tu hijo y dale seguridad
Puedes decirle que esa visita es para comprobar que tiene la boca limpia y nada más. Si se porta bien prémialo con algo, tampoco hace falta gastarse dinero, dale un detalle, déjale media hora más en el parque… una pequeña recompensa para que asocie el recuerdo positivo de la recompensa con la visita al dentista. Lo agradecerás en un futuro.
Las visitas mejor si son de corta duración
Los niños se deben ir familiarizando y quitando los posibles miedos. Los dentistas informarán de todo lo que le van a hacer al pequeño para que no los sorprendan.
Jugar a dentistas
Si tu hijo es preescolar es buena idea que dediques un rato para jugar al “dentistas”. Le podrás explicar que es exactamente lo que hacen, por ejemplo: puedes utilizar una muñeca como si fuese un paciente y usted el especialista. Se divertirá jugando y mejorará su predisposición a ir.
Sin temores
Y sobre todo… nunca muestres miedo al dentista (en el caso de que lo tengas) los niños aprenden por observación y los padres son la figura en la que más se fijan. Padres miedosos = hijos miedosos.
Si tu hijo es preescolar es buena idea que dediques un rato a jugar juntos a “dentistas”. Le podrás explicar que es exactamente lo que hacen, por ejemplo: puedes utilizar una muñeca como si fuese un paciente y usted los profesionales. Se divertirá jugando y mejorará su predisposición a ir.
Lo que debes saber…
Examina los dientes del bebé
Conviene tener el hábito de examinar regularmente los dientes del bebé. Ten en cuenta que los dientes saludables tienen un color blanco uniforme. Si ves manchas o puntos en los dientes, es conveniente que adelantes la visita al dentista.
Para prevenir caries en los dientes de leche, mucha higiene
Antes incluso de que aparezca el primer diente, debe realizarse la limpieza de las encías después de cada toma. Para ello, puedes usar una gasa humedecida. Cuando comience la dentición, recurre al cepillo; eso sí, al principio, sin pasta dentífrica hasta los 2 años. A partir de entonces, puedes ponerle una pequeña cantidad, siempre y cuando esté especialmente indicada para niños, es decir, con bajo contenido en flúor. Y recuerda: para prevenir que le salgan caries, no le dejes sólo con el biberón en la boca, pues el contacto prolongado con los azúcares de la leche predisponen a la aparición de caries.