Los primeros años de vida de nuestros hijos son cruciales y su ritmo de aprendizaje es asombroso. Esta es la etapa en la que ocurre el desarrollo cognitivo, que se define como la capacidad y el proceso de desarrollar la inteligencia, la memoria, el raciocinio, el lenguaje y la toma de decisiones.
Uno de los factores que puede afectar el desarrollo cognitivo es la alimentación durante el embarazo, pues en este momento inicia el desarrollo cerebral del niño. Es por esto que mientras más variada sea la alimentación mejor será el aporte de todos los nutrientes necesarios, especialmente el hierro y las vitaminas del complejo B.
El Hierro es esencial en todas las etapas:
El hierro es uno de los minerales más importantes para el ser humano, debido a que participa en funciones vitales para el organismo. Forma parte de la hemoglobina, cuya función principal es el transporte de oxígeno. Es un componente activo de enzimas las cuales, a su vez, participan en la generación de energía e intervienen en la función inmunológica y rendimiento intelectual.
Si un niño no logra cubrir las necesidades diarias de hierro, el cuerpo no puede producir suficientes glóbulos rojos sanos para transportar oxígeno a los órganos. La falta de estos glóbulos rojos sanos en la sangre produce una enfermedad llamada “anemia por deficiencia de hierro”. Los niños con anemia pueden presentar debilidad, palidez y bajo rendimiento escolar.
Los niños en etapa escolar están en un momento de importante de aprendizaje y desarrollo cerebral, pues empiezan a descubrir el mundo y aprenden a leer y escribir. Si el niño tiene una baja concentración de hierro en la sangre, puede verse afectado su desempeño escolar.
Vitaminas del complejo B:
Las vitaminas del complejo B juegan un papel importante en el desarrollo cognitivo del niño, pues en su mayoría contribuyen a la formación de importantes neurotransmisores del cerebro. Además, también participan en el metabolismo de los carbohidratos y en la liberación de energía.
Ácido fólico desde el embarazo:
Las mujeres embarazadas o que están pensando en tener un bebé, deben tomar en cuenta el consumo de ácido fólico y vitaminas del complejo B. Estas son importantes, pues ayudan a prevenir defectos en el cerebro y la columna vertebral del bebé. Cuando hay deficiencias, el bebé puede desarrollar defectos del tubo neural (no se cierra completamente la columna) y se produce retraso en el desarrollo mental.
El ácido fólico también participa en la formación y mantenimiento de células nuevas, lo que es especialmente importante durante la infancia y adolescencia pues son períodos de rápido crecimiento. Además, es necesario para la formación del ADN y glóbulos rojos normales.
Para cubrir los requerimientos diarios de estos nutrientes debemos consumir alimentos ricos en hierro como las vísceras, carnes rojas, almejas, ostras y peces de carne oscura. También se obtiene hierro de origen vegetal de granos como los frijoles y vegetales de color verde intenso como la espinaca. El ácido fólico se encuentra en vegetales de hoja verde, frutas cítricas, frijoles, germen de trigo y leche.
Otra manera de obtener estos nutrientes es a través del consumo de alimentos fortificados como el Cereal Nesquik® Nestlé® con hierro y vitaminas B3, B5 Y B6.
Ya lo sabes querida Super Mamá, el desarrollo mental del niño empieza desde el embarazo: si te alimentas adecuadamente obtendrá los nutrientes necesarios para que el bebé se convierta en un adulto sano que gozará de todas sus capacidades físicas y mentales.