Hablar de las consecuencias de sus actos, tomar decisiones, darles poder de decisión son algunas de las fórmulas que te ayudarán a educar hijos responsables.
Texto: Iranela Sánchez
Seguramente cuando nuestros niños son pequeños y rebeldes desearíamos que fueran más obedientes. Pero si miramos más allá de esta primera infancia, nos daríamos cuenta de que no querríamos que nuestros hijos, el día de mañana, fueran sumisos. Sino que tuvieran criterio propio y decidieran conociendo o anticipando las consecuencias de sus actos. En definitiva, seguramente querríamos que nuestros hijos fueran responsables. ¿Cómo podemos fomentar la responsabilidad en nuestros hijos? El psicólogo infantil Manuel Andrade deja claro que “la responsabilidad se lleva muy bien con dos conceptos clave: la felicidad y la inteligencia”. Nos ofrece claves para construir esa responsabilidad día a día.
Si pensamos en hijos a los que les damos todo hecho, que no tienen apenas responsabilidades ni decisiones que tomar, podríamos pensar que les estamos haciendo la vida más fácil y eso les haría felices. Incluso si pensamos en niños a los que les pedimos obediencia a nuestras normas podríamos pensar que también les estamos haciendo la vida más llevadera al dejarles bien claro qué tienen que hacer, cuándo, cómo…
Pero lo cierto es que nuestros hijos quieren ser protagonistas de su propia vida, sentirse capaces, útiles y competentes. Y en la medida en que se sienten capaces y protagonistas, tienen una autoestima más alta. Por eso, al no fomentar que nuestros hijos se responsabilicen de su vida les estamos diciendo: “tú no puedes”, “déjame a mí, que yo sé” o “no confío en ti”.
Lo que está claro es que los hijos responsables son capaces de tomar decisiones, de asumir riesgos y de reconocer sus propios errores. En definitiva, son más autónomos. Y, como nos dice Silvia Álava, experta de la plataforma de Gestionandohijos.com, “la felicidad está muy ligada al sentimiento de capacidad. Cuando los niños no saben resolver las cosas por sí mismos, eso va en contra de su propia felicidad”.
Nos recuerda que “la responsabilidad se construye de forma progresiva. A diario tenemos multitud de ocasiones para fomentarla”. Y se fomenta la responsabilidad, especialmente, dejando tomar decisiones. Porque lo cierto es que si pretendemos la obediencia (por ejemplo, que nuestro hijo nos haga caso y ordene su habitación) no dejamos al niño margen de decisión y, si no cumple lo que ordenamos, nos enfadaremos, estaremos desbordados emocionalmente… Esta escena tan típica, dice Manuel Andrade, “es una oportunidad perdida para educar en la responsabilidad”.
¿Cómo podríamos dar la vuelta a esta situación? Podríamos dejar que nuestro hijo decidiera si organiza o no la habitación, pero controlando las consecuencias: si ordena puede ver la televisión, si no, no podrá verla. Pero Manuel Andrade deja muy claro que “las emociones deben ser las mismas, decida una cosa o la otra”.
Así que ya lo sabes Super Mamá, pon en práctica los consejos del artículo para así criar niños responsables que, en un futuro, serán personas independientes, seguros de sí y con poder de decisión. ¡Adelante Super Mamá!
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