Súper Mamá, muchas nos preguntamos cómo ayudar a mi hijo a manejar la ansiedad. Con las clases virtuales, la imposibilidad de ver a sus amiguitos y la cuarentena, todo ha sido difícil para ellos. En este artículo, la Psicóloga Clínica y Psicoterapeuta de Niños y Adolescentes Melanie Parker, nos da herramientas para ayudar a nuestros hijos a procesar esa emoción.
Generalmente, hablamos de ansiedad refiriéndonos a enfermedad. Pero qué tal si te cuento que todas las personas nacemos con un sistema de alarma que nos ayuda a evitar situaciones de peligro. A este sistema de alarma lo podemos llamar ansiedad normal. Es el que nos avisa “oye, recuerda mirar a ambos lados antes de cruzar la calle” o “recuerda apagar la estufa antes de salir”, por dar algunos ejemplos. Lo común en estos simples ejemplos es que hay estímulos que justifican que se active nuestra alarma biológica.
Hay miedos y temores que son normales dependiendo de la etapa del desarrollo en la que se encuentre nuestro hijo o hija. Los infantes (hasta los cinco años) tienden a presentar miedo hacia la oscuridad, por ejemplo. También pueden presentar ansiedad ante personas extrañas o cuando deben separarse de sus padres para ir a la escuela o cuando estos deben trabajar.
Los niños entre 6 y 12 años, en ocasiones, presentan ansiedad cuando se van a relacionar con otros niños. Y en los adolescentes, puede aparecer ansiedad ante situaciones sociales e incluso pueden llegar a manifestar preocupaciones en torno a la muerte.
En primer lugar, podemos determinar si aquello que está sobreactivando el sistema de alarma del niño o niña corresponde a su etapa del desarrollo. Las manifestaciones de ansiedad también varían de acuerdo a la etapa en la que el niño o niña se encuentre.
Cuando ese sistema de alarma comienza a activarse sin que podamos relacionarlo a una causa clara y que represente un peligro inmediato para el niño o niña o su entorno, es en este momento que debemos observar para determinar si requiere algún tipo de apoyo para poder regular su ansiedad.
Otros aspectos debemos observar son: aparición de síntomas que no pueden justificarse por alguna enfermedad o medicamentos (malestares estomacales, dolores de cabeza, taquicardia, entre otros), intranquilidad motora, llanto, irritabilidad, alteraciones del sueño y/o del apetito, se levanta durante la noche a causa de pesadillas, cambios en su rendimiento escolar, negativa a realizar actividades que antes podía participar sin dificultad.
Un aspecto clave a tener en cuenta es la capacidad del niño o niña para recuperarse de esa ansiedad. Permanecer en un estado de tranquilidad cuando se retira el estímulo que detona la misma. Si la ansiedad es provocada por los payasos, al retirar este estímulo el niño o niña debería permanecer en un estado de tranquilidad.
Estas recomendaciones no están en orden de importancia. Puedes empezar por conversar con tu hijo o hija y a partir de ahí escoger cuáles serán tus siguientes pasos.
Puedes comunicarte con la Psicóloga Clínica y Psicoterapeuta de Niños y Adolescentes Melanie Parker en @unblogdepsypty
¿Qué te parecieron estas recomendaciones, Súper Mamá? ¿Observas a tus hijos algo diferente? ¡Cuéntanos!
Escrito por: Psicóloga Melanie Parker
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