El almacenamiento adecuado para conservar embutidos es un factor importante que contribuye a mantener y aprovechar la calidad y vida útil del producto.
Súper Mamá, no basta con llegar del supermercado y colocarlos en el refrigerador, en algunos casos se deben cumplir unas pautas adicionales para lograr un consumo seguro. En el artículo de hoy conoce unos tips prácticos con los que podrás hacerlo.
El proceso de conservación inicia en el momento que hacemos las compras Súper Mamá. Los embutidos, al igual que la carne, el pollo o el pescado, debe ser uno de los últimos artículos que coloques en el carrito. Al traerlos a casa evita exponerlos a altas temperaturas o que reciban la luz del sol.
Usa estos consejos para mantenerlos:
Si optas por comprar embutidos frescos que vienen sellados al vacío, procede a guardarlos en la nevera, preferiblemente en uno de los primeros niveles para conservar mejor la cadena de frío. En el caso de que cuentes con varios empaques, puedes almacenar algunos en el congelador por no más de dos meses.
Luego de abrir el empaque tienes la opción de envolver en papel plástico y guardarlo en un recipiente hermético o mantenerlo en su empaque original. Se recomienda ingerirlo lo más pronto posible (entre 3 o 4 días).
Este tipo de embutidos que adquieres en el deli solo con el papel plástico, debes colocarlo en un envase hermético. Intercala con suficientes láminas de papel para evitar que “se queme” el embutido y pierda su calidad. Recuerda colocarlo en la parte más alta de la nevera o el segundo nivel.
El lugar perfecto para conservar los embutidos curados debe ser fresco (entre 15 y 20 °C), seco y oscuro, por ejemplo, una bodega o alacena, además, es recomendable que cuente con suficiente espacio para colgarlos y evitar el roce entre ellos.
En caso de no contar con este lugar, ubícalo en la parte media de la heladera. Luego, al momento de consumir, puedes retirarlo y envolver la pieza con un paño ligeramente húmedo.
El proceso para conservar es igual al anterior, excepto que debes guindarlo con la parte abierta hacia abajo, previamente, cúbrela con un poco de aceite de oliva y papel film para mantenerla hidratada.
Evita mezclar diferentes tipos de embutidos en un solo recipiente, así mantendrás la composición y sabor de cada uno.
Súper Mamá, esta técnica es muy fácil y práctica, lo mejor es que no necesitas una máquina ni implementos especiales. Solo sigue estos pasos:
Nota: cuida en todo momento que no ingrese agua a la bolsa.
Si los embutidos no se encuentran en su empaque original, asegúrate de colocar una etiqueta que informe la fecha que lo compraste y abriste. También, procura cada cierto tiempo verificar si estos se mantienen en buen estado; es decir, no huela mal, tenga moho u otro aspecto de descomposición.
Elige productos de calidad que cumplan con los estándares de seguridad alimentaria. Empaques que informen su composición, valor nutricional, fecha de elaboración y vencimiento.
Productos Zenú, calidad certificada y con un bajo porcentaje en sodio en todas sus presentaciones.
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Pequeños tips que pueden ayudarnos a mantener el sabor y la textura que tanto nos gusta de nuestros embutidos. Cuéntanos Súper Mamá, ¿usas otros truquitos para conservar?, ¿qué te ha parecido el artículo? Te leemos.
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