Nunca perdamos la fe y siempre digámosle a la familia que los amamos

Dania Díaz de Laffaurie es abogada y le detectaron cáncer de seno a principios de este año. Aún está en tratamiento e incentiva a siempre tener fe en Dios.

Texto: Dania Díaz de Laffaurie

¡Hola!  Mi nombre es Dania Díaz de Laffaurie. Tengo 46 años de edad. Soy mamá de Daniel (17) y Juan Pablo (5). Además, tengo dos hijos más que la vida me regaló Julio Adrián y Carmen Teresa. Soy abogada defensora pública enamorada de mi profesión, amante de la lectura y del crossfit y de toda clase de ejercicios extremos.

Descubrimiento y diagnóstico: un giro inesperado en mi vida

En el mes de febrero -realizándome mi autoexamen- me encontré una bolita muy pequeñita que me dolía. Lo que llamó mi atención. Como cosa de Dios acudí al médico de inmediato (siempre dejo mis cosas para después). Ya que a pesar que tenía la costumbre de hacerme mi mamografía anual a inicios de año, este año no había ido a realizármela. Fue allí que junto al ultrasonido me descubrieron un nódulo pequeñito el cual me creció muy rápido.

El 9 de mayo me hicieron la primera cirugía en la cual me extrajeron el nódulo. Y el 17 de mayo me dieron el diagnóstico que ha cambiado totalmente mi vida. Luego de ello, una mastectomía parcial de seno y de allí a empezar el tratamiento de quimioterapia. Y terapias dirigidas anti HER 2 y bloqueo hormonal.

Fortaleza, fe y amor: el motor que me impulsa en este camino

En estos momentos sigo en tratamiento. Ya terminamos la Fase I y me encuentro en la Fase II que son quimioterapias semanales y terapia dirigida. Todavía me falta un año para terminar este camino.

Lo más difícil para mí ha sido lidiar con los efectos secundarios del tratamiento que me impiden poder hacer las cosas que antes hacía con mis hijos y en mi trabajo. A pesar de ello, trato de mantenerme activa, optimista. Aunque he tenido que aceptar que estoy en pausa en muchos aspectos de mi vida. Que ya no puedo hacer las 20 cosas que hacía antes en un día y que debo vivir un día a la vez. El cáncer a pesar de lo que conlleva me ha hecho ver la vida de una forma diferente. Disfruto a plenitud cada día que Dios me regala.

Mi principal motivación en este proceso es el amor por mis hijos. El anhelo de verlos crecer y hacerse hombres de bien. Por supuesto mi esposo que ha sido mi ángel guardián. Mi familia, el amor de mis padres, hermanos y amigos. Mi fe en Dios me ha dado una fortaleza inimaginable. Ya que a pesar de padecer esta enfermedad jamás he perdido la alegría de vivir y seguir adelante. Aún tengo mucho por hacer y mucho que dar a los demás.

Mi consejo para las Súper Mamás -en primer lugar- que se hagan su mamografía anual. Y siempre se hagan su autoexamen. Esto me salvó la vida a mí. De lo contrario mi condición de salud sería otra. Ya que gracias al autoexamen el tumor que tenía estaba en estado I, es decir, en etapa temprana.

También puedo decirles que jamás, a pesar de las pruebas que la vida nos pone, pierdan la fe en Dios.  Abandónense en él y su misericordia. Nunca dejen de sonreír y siempre díganles a sus hijos y a su familia todos los días lo mucho que los aman.

Abrazos, Dania.

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