Tu pequeño llegó a este mundo moviéndose de forma involuntaria y ahora míralo: se agita, se ríe, canta, platica, salta y se mueve. Eso muestra que ha tenido un gran desarrollo físico. Nuestro cuerpo experimenta cambios físicos a lo largo de nuestra vida, pero los cambios durante los cuatro primeros años son los más dramáticos e importantes, ¡y son justo los que atesorarás en fotos, videos y en tu memoria como recuerdos familiares!
Si aún no camina, seguro está a punto de lograrlo. Si ya empezó, probablemente no no hay nada que lo detenga. Podría estar un poco desconfiado al principio, así que procura que tenga un lugar seguro para practicar y estar atenta de todos sus movimientos para evitar algún accidente.
Conforme se sienta más seguro, va a empezar a saltar, a subir las escaleras con un poco de ayuda, ya sea apoyándose de algún barandal, o a subirse en alguna silla bajita. Tal vez quiera repetir la misma actividad 20 veces y no hay problema, siempre y cuando esté seguro.
En los meses posteriores, conforme mejore su equilibrio para caminar, intentará subir cualquier cosa que pueda escalar. Aunque escale fácilmente, bajar se le hará más difícil. Si quiere subir las escaleras, asegúrate de que haya algún barandal o tenga de donde sujetarse para evitar un accidente.
A los niños de dos años les encanta correr en espacios abiertos por ejemplo, en los estacionamientos por lo que debes mantenerlo siempre junto a ti en estos lugares. Ten mucho cuidado.
Recuerda que es una etapa en la que tu pequeño no parará de andar de un lado a otro; explorando, jugando e intentando cosas nuevas, por lo que deberás estar preparada para seguirle su ritmo, cerciorándote que no exista algún objeto o desnivel donde pudiera llegar a lastimarse.
Pronto va a poder apilar bloques, garabatear y colocar clavijas en un tablero de madera y en unos pocos meses, tal vez intente dibujar un círculo o una línea vertical. Si le gusta colorear, dale crayolas grandes y gruesas, papel económico o reciclado, esto le ayudará a mejorar la coordinación entre el ojo, la mano y la atención visual.
Sin una nutrición adecuada, los músculos de tu hijo pueden estar débiles y tener un desarrollo lento.
Tu pequeño necesita comer con más frecuencia que tú para satisfacer la demanda de su cuerpo, que está en rápido crecimiento. Asegúrate de que tu pequeño obtenga la ración correspondiente de comidas nutritivas y balanceadas.
También puedes acudir con su pediatra y comentarle de las nuevas actividades de tu pequeño, así él podrá brindarte de manera adecuada una dieta balanceada correspondiente a esta etapa y con la que tu pequeño podrá seguir creciendo de manera saludable.
Este artículo es en colaboración con Enfagrow ¡Apoya la alimentación de tu hijo!
Conoce más en https://centralamerica.enfabebe.com/por-que-elegir-enfagrow
Fuente: https://centralamerica.enfabebe.com/articulos/el-desarrollo-fisico-de-tu-pequeño
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